Y, la verdad, es uno de los mayores placeres que podemos extraer a la música, tanto para los instrumentistas como para los espectadores. Es como una de esas tardes de invierno en las que abandonas las rutinas de trabajo o estudio y te dedicas a deambular sin prisa y sin rumbo aparente por las calles de tu ciudad, nadie espera cumplir un horario o una ruta precisa. Hablo con conocimiento de causa debido a mi afición a tocar guitarras varias.
Mucho más extraño es encontrar en España grabaciones fuera de los esquemas del jazz. En Inglaterra se le solía llamar “instant composition” y de eso se trata, de composición instantánea con una gran dosis de libertad, música efímera. Con esto nos encontramos en este cd, 16 temas improvisados sobre guitarra acústica y española, no siempre dentro de unas estructuras jazzísticas y con una dosis de atonalismo notable.
Tenemos de todo. Desde temas de tempo medio con cadencias blues, temas atonales, hasta rápidas improvisaciones que sí se acercan a la sonoridad del jazz, pasando por la guitarra percutida o “preparada” (por ejemplo como hacía Derek Bailey, introduciendo objetos entre los trastes). Manolo sabe que la improvisación “total” no es posible una vez que has escuchado música y tocado un instrumento, hay estructuras, riffs, sonidos, ruidos, sonoridades a las que vuelves o en las que te sientes más seguro porque funcionan en la mayoría de las ocasiones, aunque varíes el “ataque” a esa nota o ese acorde, no deja de ser un juego bastante perverso y esto está magníficamente reflejado en muchos de los temas del cd (la sonata del sordo) o el sabio uso de sonidos –no digo notas– y silencios, como en X Feldman, inmenso tema, o la recurrencia al sentimiento, la introspección de Bolero breve para Panero y Calma chicha.
El cierre del cd: b1, b2, b3 es impactante por el uso de diferentes guitarras, alguna de ellas percutidas como hace ese gran maestro de la improvisación y la vanguardia que es Fred Frith.