Renaud Capuçon © Mat Hennek
Esta edición de la supervivencia recibe el título de “Contrastes”, homenaje a la célebre obra de Bartók con la que abre su temporada 12-13, pero también símbolo de una programación extremadamente variada que puede permitir escuchar el siglo XVII de Purcell y el XX de Crumb en el mismo concierto, con Schubert en el medio, por poner un ejemplo característico.
El presente ciclo consta de dieciséis conciertos, divididos en dos abonos de ocho cada uno, lo que constituye un número de actos muy razonable para un año que se presumía difícil.
Dada la variedad de programas (ver información completa en: www.fundacioncajamadrid.es), destaca, especialmente, el análisis de artistas, siempre muy cuidado; sobre todo para evaluar la fidelidad de grandes grupos e intérpretes, así como para ponderar las nuevas incorporaciones a un ciclo de referencia en Europa dedicado a la música de cámara.
Los buenos amigos
Entre los que repiten en esta variada edición, destacan los nombres de los cuartetos Arcanto; los jóvenes finlandeses, pero ya bien conocidos Meta4 (que tienen a su cargo el citado programa Purcell, Schubert, Crumb, un prodigio de versatilidad); Ebène; Tokio (de los que se anuncia “La última gira II”, vaya usted a saber lo que eso significa); Bennewitz y Artemis.
En el apartado de solistas que retornan a su querido ciclo, se cuenta con figuras de la talla de la violista Tabea Zimmermann o Antoine Tamestit, el flautista Michel Schmidt-Casdorff, el pianista Javier Perianes, los violinistas Daniel Sepec, Carolin Widmann, Antje Weithass o el prodigioso y familiar Renaud Capuçon. También vuelve el violonchelista Jean-Guihen Queyras.
Y entre los que repiten, destaca el trío que abre el ciclo, Söderblom/Ylönen/Satukangas. Este trío (violín, violonchelo y piano), que causó excelente impresión en la última edición del Liceo, trae como invitada a la clarinetista Tuulia Ylönen, lo que les permite abarcar todas esas obras del sigo XX ya clásicas en las que el clarinete marca la diferencia, desde la citada Contrastes, de Bartók, hasta la Suite de La Historia del soldado, de Stravinsky, en la conocida reducción, y el magno Cuarteto para el fin del tiempo, de Messiaen; a lo que se añade la Elegía por Sebastian Knight, del compositor finlandés Aulis Sallinen. Será el 25 de octubre.
Los nuevos amigos
Visitan el ciclo por primera vez el barítono austriaco Günter Haumer, que canta Las siete últimas palabras…, de Haydn junto con el Cuarteto Bennewitz el 12 de diciembre; el Cuarteto Diotima, al que su reputación de especialista en música contemporánea le ha causado muchos disgustos y que vienen a modo de invitado con el viola David Quiggle, antiguo miembro del Cuarteto Casals, con quien se atreven con la versión con viola d’amore del 2º Cuarteto de Janacek y el Quinteto en fa mayor de Bruckner (además del otro cuarteto de Janacek, el primero).
El capítulo de nuevos violas que visitan el ciclo se completa con Danuta Wentink, que se suma al concierto del Cuarteto Arcanto con obras de Mozart y Boccherini. El apartado de nuevos pianistas amigos del ciclo incluye los nombres Francesco Piemontesi, Khatia Buniatishvili y Silke Avenhaus.
Y en cuanto a instrumentos menos convencionales, hay que anotar a la arpista Gwyneth Wentink, la violagambista Hille Perl, el laudista Lee Santana, el clavecinista y organista Michael Behringer y la trompista Marie-Luise Neunecker, que se hace cargo de la dificilísima parte de trompa del Trío de Ligeti.
Dada la variedad proclamada de esta XXI edición y la calidad siempre garantizada del ciclo, se hace difícil subrayar uno u otro concierto, cada cual con su gusto. Algunos disfrutarán con el monográfico Biber del 20 de marzo y otros lo harán con las maravillosas sonoridades del trío formado por flauta, arpa y viola (¡y qué viola! Tabea Zimmermann), escuchando la imprescindible Sonata de Debussy junto con Fauré, Takemitsu y Bach, 6 de febrero.
En suma, una oferta suculenta y para prácticamente cualquier gusto conforma este renacido Liceo de cámara acogido a lema de los “Contrastes”.