Suele surgir un dilema muy habitual entre los músicos: ¿que es mejor, adquirir un instrumento nuevo o uno que ya tenga unos cuantos arios? La verdad es que este problema no tendría por qué plantearse.
Los instrumentos deberían ser escogidos por su calidad, independientemente de su antigüedad. Un instrumento nuevo, hecho por un luthier que tenga experiencia
y que haya hecho todo el proceso, desde la selección de las mejores maderas hasta el montaje final, pasando por un buen trabajo artesanal y artístico, y que le aplique un barniz que proteja bien y de forma prolongada la madera, debe darnos una calidad de sonido y potencia que no puede hacernos pensar en qué fecha se ha construido.
¿Instrumento nuevo?, ¿instrumento antiguo? (artículo completo en pdf)