Las espectaculares capacidades musicales de este joven Gould se perciben desde la primera hasta la última nota aquí registrada. El Concierto para piano y orquesta en Fa menor BWV 1056 es el encargado de situar al oyente en este sublime estado interpretativo donde energía, expresividad y claridad son características esenciales que irradian tanto del solista como de la CBC Symphony Orchestra dirigida por Nicholas Goldschmidt en esta grabación de 1957 en Toronto, solo dos años después del debut de Gould en tierras americanas.
La naturalidad y delicadeza en el tratamiento sonoro es una constante que se puede percibir también en el Concierto nº 5 de Brandemburgo, en este caso con la Orquesta de Detroit bajo la dirección de Paul Paray. Esta grabación de 1960 produce, como poco, una inquietante fascinación por la riqueza textural a la que nos introduce la extraordinaria simbiosis de los solistas. Los timbres que originan las melodías contrapuntísticas de violín (Misha Mishakoff), flauta (Albert Tripton) y piano se funden con los legendarios canturreos del propio Gould, mostrando así una paleta colorística sin límites. Este perfecto diálogo entre instrumentos se ensalza con el excelente estudio del balance sonoro y con la desenvoltura con la que se desarrollan los complicados pasajes técnicos de esta obra. Los dedos de Gould, como si de una prolongación del macillo se tratase, enlazan pasajes escalísticos con una fluidez inaudita permitiendo, además, que la música respire, que cobre vida.
Cerrando este volumen se sitúan las 15 invenciones a 3 voces, o lo que muchos también conocemos como las 15 sinfonías de Johann Sebastian Bach. La interpretación de estas piezas enormemente didácticas dentro de la literatura pianística es excepcional debido a la sutileza en el tratamiento de cada una de las voces junto a la velocidad extrema con las que son llevadas a cabo, convirtiendo a estas obras de aparente sencillez en complejas obras virtuosísticas de concierto.
Pese a la presencia de algún que otro murmullo evidente en este tipo de grabaciones históricas en directo, la calidad de esta remasterización digital permite al oyente apreciar de forma satisfactoria el alto grado de genialidad y perfección con el que este pianista ya contaba en los inicios de su carrera.