Doce Notas

Un momento romántico

cdsdvds  Un momento románticoTras años de interpretación de un programa similar en conciertos por toda España, el trío de clarinete, violonchelo y piano dan el paso a esta grabación. Se trata de un introducción al Romanticismo desde los inicios, con Clarinet Trio in A minor op. 114 (1891) de Brahms, hasta el romanticismo tardío defendido por Bruch en Eight Pieces op. 83 (1908-1909).

El clarinetista Francisco Antonio García y la pianista Carmen Esteban forman dúo desde 1996 y han recorrido España, Francia, Holanda, Italia, Inglaterra y Checoslovaquia interpretando repertorio que va desde el romanticismo hasta la actualidad. Para la realización de esta grabación se ha unido a ellos el violonchelista David Apellániz, que aunque se ha dedicado a la difusión de la música contemporánea y española, aporta su granito de arena.

En Música romántica para una noche de verano, el Trío intenta aproximarse a la expresividad del periodo, conseguida en la mayor parte de la grabación pero interrumpida por las respiraciones de los intérpretes en algunas ocasiones. No por ello debemos desmerecer la aportación personal de los músicos a la hora de hacernos llegar estas piezas.

El Clarinet Trio in A minor op. 114 fue compuesto para ser interpretado por el clarinetista Richard Mühlfeld, de la Orquesta de Meiningen, el violonchelista Robert Hausmann y el propio Brahms al piano. El compositor supo aprovechar todas las cualidades tímbricas y expresivas del instrumento en los cuatro movimientos de los que está compuesta. Allegro alla breve es una muestra de la agilidad y lirismo del instrumento solista. El virtuosismo da a este primer movimiento una brillantez excepcional. Adagio es una explosión efectista, donde el uso de las octavas más graves del clarinete aporta una nueva sonoridad oscura y misteriosa. Andantino grazioso presenta, en forma de minueto con trío, un diálogo continuado entre el clarinete y el violonchelo “como si los instrumentos estuviesen enamorados entre sí” según Brahms. El último movimiento, finale allegro, presenta un gran contraste rítmico y aporta al violonchelo y al piano un papel más relevante dentro del trío.

Si Brahms compone su excepcional Trío ya pasados los cincuenta años de edad, Bruch escribirá sus Eight Pieces op. 83 cuando tenía setenta. Ambas piezas fueron escritas por compositores maduros y experimentados. Las piezas para clarinete, viola y piano de Bruch se adaptan perfectamente al espíritu romántico de Schumann o Mendelssohn, en el que se mantuvo firme hasta el final de sus años, pese a que este movimiento estaba siendo desplazado por técnicas más innovadoras (el piano de Liszt o la “obra de arte total” de Wagner). El conjunto, adaptado por Francisco Antonio García para clarinete, violonchelo y piano, es un claro ejemplo de riqueza y brillantez por su uso melódico, rítmico e instrumentación. Excepto el séptimo, todos están escritos en tonos menores y diseñados para llamar la atención sobre el lirismo y sonoridad de los instrumentos.

Johannes Brahms y Max Bruch, dos compositores románticos con grandes aptitudes, tratados de forma desigual por el paso de los años. El primero goza de reconocimiento y prestigio, mientras que el segundo sigue siendo una figura injustamente olvidada que sorprende gratamente al público cuando es interpretada en conciertos. Esperemos, que trabajos como este sigan viendo la luz, para abrirnos el abanico a los oyentes y acercarnos mejor a estos momentos románticos.

Salir de la versión móvil