Actualmente en Musikene, manifestarse para expresar una opinión personal contraria a la Dirección puede suponer una falta equiparable a agredir a un profesor. El alumnado no ha podido hasta ahora sino ver, oír y callar bajo pena de expulsión.
La gravedad de los hechos desvelados en las últimas semanas nos ha decidido a enfrentarnos al riesgo rompiendo el silencio. Lo que se ha podido saber demuestra que las quejas realizadas el pasado curso académico por alumnos y profesores estaban perfectamente justificadas.
Los alumnos de Musikene no estamos dispuestos a que se sigan tomando decisiones sin contar con nuestra voz, pues somos los principales afectados junto a nuestros profesores, por las medidas que se han venido desarrollando en contra de Musikene.
A pesar de haber sido respaldada en todo momento por Isabel Celaá durante los últimos doce meses, incluso en aquellas decisiones que iban en contra de toda lógica, la Coordinadora General se ha quedado sola tras las últimas noticias.
Quizás la Consejera de Educación haya decidido poner tierra de por medio en un intento desesperado de encubrirse por los graves hechos que de demostrarse ciertos podrían afectarle.
Comentamos a continuación, desde la vivencia diaria del centro, una pequeña crónica con titulares destacados de los últimos sucesos.
El recorte más caro
La “magnífica” gestión tutelada por la Consejera Isabel Celaá, lejos de alcanzar sus objetivos de reducir a 7,5 millones de euros el presupuesto anual del centro, lo dispara hasta los 10 millones a pesar de haber prescindido de 27 profesionales, de haber aplicado a los que se han quedado el 5 % de reducción de sueldo de los funcionarios y de haber reducido en más de 60 las plazas ofertadas a nuevos alumnos.
Este hecho, unido al evidente descenso en la calidad educativa de algunos profesores nuevos, deja patente que la “transformación de la gestión” y el “redimensionamiento del centro” han sido todo un fracaso.
La transparencia de un concurso público amañado
A pesar de llegar con una bandera de transparencia y legalidad para acabar con supuestos años de “prácticas turbias” se descubre presuntamente con pruebas documentales que Carmen Rodríguez Suso pactó uno de los cargos con su actual titular antes incluso de realizar el preceptivo concurso público, que solo sirvió para guardar las apariencias. Hay motivos para sospechar con fundamento que el denunciado no ha sido un caso aislado.
Los fallos judiciales
También queremos destacar las últimas resoluciones judiciales por las que se reconoce el mal hacer de nuestros actuales gestores en los diferentes procesos de despido a distintos docentes de Musikene, a quienes se ha preferido indemnizar en lugar de reincorporar de nuevo al centro. Se malgastó dinero público por errores de Carmen Rodríguez Suso aminorando la calidad del centro.
Tras un año de gestión, la asamblea de alumnos comparte la incompetencia de Juan Carlos Pérez como director académico. Y no debería causarnos sorpresa. Como ya se advirtió durante el curso pasado, ha quedado patente la falta de preparación del actual director durante el día a día del centro.
Un director académico que fue elegido (¿) durante un concurso en el que no se requería preparación ni experiencia ninguna en algún cargo educativo y/o artístico y que dejó de lado a grandes profesionales como Jorge Fernández Guerra, Premio Nacional de Música. El Tribunal presidido por la Coordinadora eligió, al mismo precio, un profesional de prestigio internacional a un no titulado.
Sólo nos queda pedir la dimisión del Equipo Directivo al completo por dignidad profesional y la de los miembros de la Consejería de Educación responsables de que este despropósito se haya llevado a cabo.
Esperamos que “aunque España no sea un modelo de transparencia democrática”, como dice nuestra Coordinadora General, la Comisión de Educación del Parlamento Vasco adopte las medidas oportunas para dar fin a la grave situación que vive la comunidad educativa de Musikene.
Comunicado Alumnos de Musikene