Doce Notas

20 Sonatas de Antonio Soler (1729-1783)

partituras  20 Sonatas de Antonio Soler (1729 1783) Su proximidad con el corpus de D. Scarlatti y su calidad musical indudable las han convertido en una colección de referencia en el mundo y son numerosos los grandes intérpretes y estudiosos que se han acercado a ellas.

Como parece inevitable, la historia de su recuperación ha sido más accidentada de lo que merecen. Desde Joaquín Nin hasta Samuel Rubio, pasando por destacados especialistas internacionales, la recuperación de estas obras ha seguido un camino lleno de accidentes que se manifiesta en errores, fallos de catalogación, adjudicaciones cronológicas absurdas y añadidos que la investigación crítica se empeña en limpiar.

La magna edición de Samuel Rubio es, pese a numerosos fallos, la referencia básica sobre la que ir construyendo un relato musicológico verosímil. En el trabajo de Rubio se sitúan las ya famosas 120 Sonatas, aunque algunas de ellas ni son sonatas ni de Soler. Pero los modernos estudiosos están trabajando seriamente y el edificio de las 120 Sonatas sigue siendo una piedra elemental.

Enrique Igoa es uno de esos modernos estudiosos que se está dedicando a la labor de separar el grano de la paja y de ampliar el corpus de Rubio. Compositor, analista, investigador y músico de rigor, Igoa ofrece en esta publicación una colección de 20 Sonatas que no se incluían en la colección de Rubio, aunque parecían previstas en el famoso volumen 8 que nunca vio la luz.

Este consistente apéndice recoge algunas sonatas que: “ya habían sido editadas, pero casi siempre fuera de España”. También se incluyen algunas otras en nueva edición, como la Sonata 154, cuya edición disponible se encontraba descatalogada. Hay otras de diferentes manuscritos, generalmente de complicado acceso.

En suma, que este interesantísimo tomo que publica la editorial valenciana Piles ofrece un material inapreciable de obras de Soler que el intérprete sabrá valorar como merece una música de alcance universal.

Al trabajo analítico sobre la propia música, totalmente limpia de añadidos, como corresponde a una visión actual de la edición crítica, se le añade una introducción que recoge la historia de las vicisitudes editoriales de la música de Soler, junto a elaborados cuadros de correspondencias sobre la numeración de las sonatas en sus diferentes ediciones, algo esencial para navegar por el intrincado mar de adjudicaciones de un catálogo que no ha tenido la suerte de los grandes como Köchel con Mozart, BWV con Bach y un largo etcétera.

La edición se completa con traducción al inglés, algo básico para una música de reconocido prestigio mundial. El resultado es un tomo que constituye un desafío para una editorial privada que, pese a la ayuda de la Fundación Camuñas, se ha tirado a la piscina con arrojo típicamente español. Que la fortuna le sonría, por ellos mismos, por la música de Soler y por el meritorio trabajo de Enrique Igoa.

www.pilesmusic.net

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