Doce Notas

Poderosa savia joven

no sin policrates  Poderosa savia joven

La finta giardiniera © Patrick Berger/ArtComArt

Una de las iniciativas más acertadas en los últimos años del Festival de Arte Lírico de Aix en Provence es sin duda la creación de la Académie Européene de Musique en 1998, coincidiendo con el medio siglo de vida del prestigioso certamen, una de las citas veraniegas imprescindibles para los amantes de la ópera. La Académie, destinada al perfeccionamiento de cantantes e instrumentistas jóvenes en los cursos y encuentros con grandes intérpretes –por las aulas de interpretación vocal han pasado entre otras Christa Ludwig y Teresa Berganza–  que tienen lugar los meses de junio y julio, se ha propuesto desempeñar además una misión de importancia capital para los alumnos: su promoción.

El reto consiste por una parte en dar cabida en la programación del festival a los más sobresalientes, para que tengan la posibilidad de mostrar sus aptitudes ante el público y, por otra, en preparar un espectáculo en el marco mismo de la Académie, con vistas a ser presentado dentro de la siguiente edición del Festival en un formato mayor.

L'enfant et les sortilèges © Patrick Berger/ArComArt

 

 

 

 

 

 

 

 

 

L’enfant et les sortilèges

En esta han sido dos los escenarios, de acuerdo con la magnitud de propuestas:  el Théâtre du Jeu de Paume y el gran espacio al aire libre del Grand Saint Jean. En la privilegiada bombonera, con una capacidad en torno a los 250 espectadores,  encajó a la perfección L’enfant et les sortilèges, fantasía lírica en dos partes de Maurice Ravel sobre un texto de Colette. En este caso, contando en el apartado musical con la brillante reducción camerística  que se pudo escuchar en el Teatro Real el pasado año, realizada por Didier Puntos y defendida certeramente por él en su condición de director musical.

La novedad, respecto al formato en que se sirvió en Madrid,  la encontramos en la inteligente propuesta escénica coproducida con la Ópera de Dijon, donde se verá en febrero de 2013,  firmada por el antiguo alumno de la Académie,  Arnaud Meunier. Del reparto, junto a la soprano francesa Chloé Briot como el niño, caben destacar dos voces femeninas: la también soprano argentina residente en España Mercedes Arcuri en el doble papel de El fuego y El ruiseñor que ya defendiera en la producción madrileña, y la imponente prestancia física y vocal de la mezzo suiza Eve-Maud Hubeaux como La madre, La taza china y La libélula.

La finta giardiniera © Patrick Berger/ArtComArt

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La finta giardiniera

El Grand Saint Jean ha albergado el notable trabajo escenográfico  del veterano Alain Boussard para La finta giardiniera. Boussard ha preferido potenciar para la obra de Mozart el entorno campestre natural, jardines y castillo,  recurriendo a un mínimo de elementos y a un suelo de espejo para multiplicar los efectos. En lo musical, buen trabajo de Andreas Spering, asumiendo la dirección desde el clave contínuo, consiguiendo una gran limpieza expositiva a los músicos de Le Cercle de la Harmonie, que simultanean su presencia en el foso estos días con Las bodas de Fígaro, el otro título mozartiano del Festival. Buen juego teatral reforzado por un consistente reparto, del que sobresalió, en torno al rotundo Podestà (Colin Balzer), el conjunto juvenil. Para empezar, por su claridad vocal y sus ricas agilidades, Layla Claire, ex alumna de la Académie igual que Julien Pregardien, que no convenció como Il contino.

Otro tanto ocurrió con el Don Ramiro a cargo de la mezzosoprano Julie Robard-Gendre, carente de fuerza. Memorable, por el contrario, la interpretación de la voluble Arminda a cargo de la suizo-española Ana María Labin, también formada en la Académie, que recibió la primera ovación en escena tras su aria “Che dir potrai?”, y que,  junto a Claire, acaparó el mayor interés del público. Seguidas ambas por la frescura actoral de John Chest (Nardo) y Sabine Devieilhe (Serpetta).

Avance del Festival 2013

Las sorpresas que guarda la Académie europeénne de la musique para la siguiente edición, potenciada en interés al ostentar Marsella la Capitalidad cultural europea 2013, se moverán en dos extremos, dejando clara su amplitud de intereses. En primer lugar, con la recuperación de Elena, una ópera apenas conocida de Francesco  Cavalli, que subirá a la escena del Théâtre du Jeu de Paume. Además, con el estreno mundial de La casa tomada, sobre una novela del Julio Cortázar más joven, con partitura de Vasco Mendonça, portugués nacido en 1977, formado en Lisboa y vencedor del Premio Lopes Graça en 2004, siendo  joven compositor residente en la Casa da Música de Porto.

Polícrates en La finta giardiniera

Salir de la versión móvil