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Mientras, el pueblo llano, con su imaginación inagotable, se encargaba de suministrar las formas coreográficas y musicales con los que se construyeron, mediante una evolución más o menos rápida, las estilizadas danzas cortesanas y teatrales: minués, rigodones, contradanzas, valses, fandangos, seguidillas y otras mil formas de la danza se ejecutaron antes en las fiestas campesinas y en las tabernas que en los salones y escenarios teatrales.
La muestra pretende dar a conocer la excelente colección de libros de danza de esa época que conserva la Biblioteca Nacional de España, procedentes en su mayor parte de la antigua Biblioteca Real y de la colección que formó Francisco Asenjo Barbieri (1823-1894), conocido compositor, musicólogo y bibliófilo, hijo y nieto de bailarines, que a su muerte legó a la institución su extraordinaria biblioteca musical. Desgraciadamente, no corrió igual suerte su magnífica colección de instrumentos que emigró a Bélgica conviertiéndose en el núcleo inicial del envidiable Museo de instrumentos de Bruselas.
José Carlos Gosálvez Lara, director del Departamento de Música y Audiovisuales, ha realizado una laboriosa selección bibliográfica y redacción de textos a partir de su obra: La danza cortesana en la Biblioteca Nacional.
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