Su carta de presentación como intérprete nos invita a leer entre líneas, ya que la elección de una obra tan especial no ha debido de ser casual, o mero capricho. De su flamante interpretación se deduce un exhaustivo estudio previo de la obra y una concepción esencialmente analítica y estructural, atendiendo a los más mínimos detalles. Estos se nos muestran traducidos en delicadas articulaciones y elegantes fraseos que resaltan el complejo entramado formal intrínseco en la obra. Una sutil pulsación y un ágil e ingenioso concepto del ritmo, sobre todo en las piezas de danza, convierten el, a priori, pesante contrapunto, en un ligero y etéreo fluir de sonidos.
Como complemento a las famosas variaciones se incluyen, a modo de “encore”, los 14 cánones BWV 1087 compuestos por Bach sobre las ocho primeras notas fundamentales del aria de las Variaciones Goldberg, formando un recurrente ostinato. Están interpretadas por el conjunto La Reverencia que el propio Andrés Alberto Gómez dirige desde el clave y que sigue los mismos criterios interpretativos que las precedentes variaciones.
No nos queda más que dar la merecida enhorabuena a los creadores de este proyecto por su iniciativa, animarles en esta difícil empresa y esperar con anhelo los próximos frutos de su duro trabajo, que sin duda serán de igual calidad o mejor, atendiendo al saber que da la experiencia.