Menos mal que al organizador del concurso ya lo despidieron del Auditorio Nacional el verano pasado (aunque fuese por otros motivos, tambien de peso). Pero es un poco tarde: el mal ya está hecho. Este certamen comenzó salpicado de denuncias. La propia revista Doce Notas, en los enlaces relacionados a la noticia (8/01/2011), nos informa sobre ello:
«Sobre el «peculiar» concurso Auditorio Nacional-Fundación BBVA»
https://www.docenotas.com/noticia/2603/cartas-a-la-directora/sobre-22peculiar22-concurso-auditorio-nacionalfundación-bbva.html
«Fundación BBV¿Arca de Noé?»https://www.docenotas.com/noticia/6413/cartas-a-la-directora/fundaci%C3%B3n-bbvarca-no%C3%A9.html
Por otra parte, según fuentes de la Fundación BBVA, organizar este premio les ha costado más de 250.000 euros. Si los concursantes se llevan unos 53.000 euros en premios ¿Donde se ha ido el resto del dinero? Lo mas penoso, es que todo este asunto se encuadra dentro del «modus operandi» habitual de esa minoria «selecta» que lleva años encaramada a los puestos más altos de la gestión cultural de las instituciones de este país. Es decir: bajo el pretexto de potenciar la cultura (en este caso a la composición musical) se embolsan gigantescos sueldos dejando la calderilla para los creadores.
Con despilfarros como este no nos tiene que extrañar que fundaciones privadas y organismos públicos corten el grifo de las subvenciones. Como Vdes. sabrán, el nuevo Centro para la Difusión de la Música acaba de hacer un gran recorte en las subvenciones a la música contemporánea. Y no creo que a nadie le pillase desprevenido el que este polémico premio de composición muera con esta 2ª edición. No será una servidora la que se alegre de ello, pero en época de crisis no se puede seguir ninguneando a los que reclaman que, puestos a elegir, sería mas inteligente mantener las ayudas a la investigación científica que seguir subvencionando arte para minorías.
Ana Puig