La caña es de plástico y el instrumento es impermeable, por lo que los cuidados que necesita son mínimos, casi nulos. No existen los problemas habituales de que se pueda rajar la madera si no se limpia, y la caña de plástico es más cómoda de poner con una abrazadera simple.
Para que resulte más atractivo a los niños existen Clarinéos en varios colores, y las boquillas son económicas e intercambiables. De este modo, si una escuela compra un instrumento para usar en clase puede ser usado por varios niños y solo tendrán que cambiar la boquilla.
¿Que los niños quieren llevarlo al colegio? Sin problemas. El Clarinéo se complementa bien con la flauta dulce y el piano, puesto que está afinado en Do y no en Si bemol como el clarinete. De esta forma aportan mayor riqueza tímbrica a las agrupaciones que se suelen hacer en los colegios a la vez que aprenden la digitación del clarinete con el sistema Boehm.