“El libro está marcado por los estilos un poco tardíos de los compositores; casi todos los ensayos se refieren a sus etapas finales, como el caso de Verdi o el de Beethoven”, señala Trías. Además, marca algunas de las diferencias fundamentales con su anterior libro, El canto de las sirenas: “Este es más del recóndito terreno de los monasterios (…) donde la oración se hacía música y surge el lenguaje musical y el contrapunto”.
Algunos de los compositores que no encontraremos en este libro pero sí posiblemente en el siguiente son los rusos Chaikovski, Mussorgsky o Shostakovich y los españoles como Tomás Luis de Victoria en comparación con Orlando di Lasso, o Manuel de Falla.
Vela del Campo hace alusión al fútbol, un deporte del que Eugenio Trías es seguidor, y lo compara con un seleccionador de fútbol. Y así nos dice que los jugadores/compositores que aparecen tanto en esta obra como en El canto de las sirenas (ambos publicados en Círculo de Lectores, Galaxia Gutemberg) son “Bach, como portero; como defensas tendríamos a Haydn, Mozart y Beethoven; en el centro del campo Wagner, Bruckner y Mahler, y como delantero Schoenberg, el resto irían cambiando”.
La imaginación sonorase presenta como una obra más madura que las anteriores, donde a lo largo de 640 páginas el autor nos conduce a través de un mundo musical de diversos compositores, ahondando en su vida y en sus obras, para culminar en una coda filosófica y musical.