El concurso Auditorio Nacional / Fundación BBVA ha sido polémica a través de dos cartas a la directora de este medio; y, asimismo, enviadas y publicadas a otros medios y foros de Internet.
Una de las cartas denuncia alguna irregularidad de procedimiento que no vamos a valorar aquí. La otra carta ataca a un compositor que es finalista del citado concurso y al que se denuncia por otro concurso anterior a propósito de que su obra, ganadora, no sería (según la denuncia) inédita.
No es todo. El ya veterano concurso de jóvenes compositores Fundación Autor / CDMC ha visto cómo se retiraba una de las obras seleccionadas para la fase final, que se celebrará el 30 de noviembre, con un escueto comunicado del que parece traslucirse algún incidente parecido (ver noticia).
¿Qué pasa? Quizá, como nos comentaba un veterano compositor, nada que no haya sucedido a menudo en el pasado. Una obra que debe ser inédita y que quizá no lo es, como sospechan algunos; una sombra de sospecha sobre lo que debería ser rigurosidad de procedimientos en el protocolo de selección.
Pero lo que parece novedoso es un estado de irritación y denuncia. No es que sea malo; es posible que los denunciantes tengan buenas razones; y tampoco es malo callarse, al contrario. Pero siempre hay una delgada línea entre la sospecha justificada de algo raro y la denuncia dañina que puede herir en lo más hondo al compositor (generalmente joven) que se vea en el punto de mira de una suerte de inquisición.
Y, como es ya sabido, la prodigalidad cuando no promiscuidad de Internet y su enorme capacidad de ampliar el debate puede haber hecho el resto. Si esto es así, este estado de sensibilización ha llegado para quedarse y deberemos acostumbrarnos a él con la mayor sensatez posible. Denunciar es bueno si se tienen razones y se da la cara. Y es malo si se hace desde la opacidad, a veces obscena, de un anonimato y no se siente comprometido a justificar lo dicho.
Los lectores tienen la palabra.
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Me parece terrible lo que está pasando en España. En Alemania y Austria ganan los premios las obras más nuevas y originales; en España lo hacen las más conservadoras, que son las que contentan a jurados básicamente neoclásicos, academicistas y nada internacionales. Es una pena porque las buenas obras españolas de hoy no tienen salidad por este mundo cutre de concursos, amañados o no como el de éste caso es otro tema que no puedo juzgar, pero por lo general son compositores del montón los que ganan. Con el concurso de la AEOS pasó lo mismo, y el jurado se hinchó la boca diciendo que como la obra la tenían que tocar muchas orquestas se había premiado algo no muy difícil. Es decir, en lugar de una composición importante que suba el nivel de las orquestas españolas haciendo música actual se potencia una obra mediocre y fácil que no suponga gastar las neuronas a nuestras ya de por sí conservadoras orquestas y sus programaciones. ¡Un avierto vergonzoso!
No hay medias tintas. Si se demuestra que la obra ya ha sido estrenada, que devuelva el premio.Que no lo hace, leña. A los pies de los caballos. Verguenza pública. Escarnio general.
Hay mucho goloseo con el dinero de los premios, de las subvenciones, de los encargos. Todo está podrido porque es más fácil ganar un premio si tu profesor es parte del jurado, y es más fácil dar clases particulares si tus alumnos ganan premios. ¿Como va a sobresalir el verdadero talento?. ¿Cuando el tiempo haga olvidar los múltiples estrenos megapremiados que jamás volvieron a representarse?. Posiblemente…
En este pequeño mundo de los concursos está todo muy mangoteado y los ganadores son simpre muy predecibles.Es hora de limpiar la mugre y abrir las ventanas… pero muy abiertas.
Bueno, después de asistir al primer concurso internacional de composición Auditorio Nacional Fundacion BBVA no me han quedado más ganas de volver. No entiendo nada de música, pero lo que pasó anoche en el Auditorio fue más que vergonzoso. Repartieron los premios entre los cuatro finalistas y se quedaron tan panchos, dando una imagen de tongo alucinante. A mí me gustó mucho la obra de Jesús Navarro, luego la de Eneko Vadillo, a las otras dos no les hubiese dado ni el tercer premio, pero claro, siendo en España eso habría quedado fatal. Es increíble que se menosprecie tanto a los nuestros por los extranjeros, fue como volver a los años sesenta donde los españoles éramos los catetos que loaban todo lo extranjero y nos pateábamos los unos a los otros por la envidia cochina. Repito lo de anoche, un robo, una desilusión, un ultraje. Saludos a tod@s.
Acabo de componer una obra pianística, pero no sé a qué concurso enviarla, pues en Internet no aparecen muchos concursos ni especifica al respecto de nada