Doce Notas

Oficio de la Toma de Granada

Talavera fue nombrado al año siguiente arzobispo de Granada, convirtiéndose hasta su muerte en 1507 en figura imprescindible del proceso de aculturación a que fueron sometidos los nuevos súbditos de los reyes cristianos. Su labor fue, no obstante, conciliadora y bastante respetuosa con las tradiciones de la población autóctona, impidiendo, por ejemplo, la actuación de la Inquisición en su archidiócesis.

Una faceta innovadora de Talavera lo vincula a la práctica musical, ya que impulsó la ejecución de canciones en lengua vulgar en el lugar ocupado por los responsorios del Oficio, una práctica que no se hallaba muy extendida en su momento y que, sin embargo, llegaría a ser central en la liturgia musical del mundo hispánico cuando esas canciones se denominaran villancicos.

Para la conmemoración anual de la conquista del reino de Granada, fray Hernando de Talavera compiló el Oficio completo y la Misa, es decir, adaptó textos litúrgicos (modificándolos) y melodías gregorianas preexistentes al motivo de la nueva celebración. No es, pues, el “compositor” de ambos, sino el adaptador. Pero ello no quita valor histórico y cultural al resultado. De hecho, hay dos publicaciones sobre su labor y dos grabaciones de parte de la música. La que aquí nos ocupa ha elegido el oficio de maitines tomando como fuentes el cantoral nº 20 del Archivo Parroquial de Santa Fé (Granada), que contiene texto y música, más el manuscrito 25-41 (sección Patronato Real) del Archivo de Simancas, que contiene sólo el texto.

Los degustadores del canto gregoriano disfrutarán con la calidad de esta interpretación que nos brinda Schola Antiqua bajo la sabia y eficaz dirección de Juan Carlos Asensio, quien es un musicólogo experto en este género de música. Los que busquen algo más podrán encontrar en esta grabación algunos ejemplos de una práctica improvisatoria muy extendida a lo largo de los siglos, raras veces escrita, consistente en acompañar la voz del canto llano con bloques de acordes, lo que se conocía como fabordón. Estos fabordones no se encuentran en las fuentes reordenadas por Hernando de Talavera, pero han sido incluidas con muy buen criterio, como explica Juan Carlos Asensio, para intentar acercarnos a lo que pudo ser la realidad sonora de una conmemoración exultante para algunos y triste para otros.

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