Uno de los atractivos del Festival, según sus organizadores, son sus singulares escenarios, que mantiene respecto a ediciones anteriores, como la Sala María Cristina, la Iglesia de La Victoria, la Iglesia de San Julián, la Torre del Horno de la Alcazaba, el Patio de los Naranjos de la Catedral y el Teatro Cervantes. A ellos se suma la propia Catedral, que regresa al Festival con un concierto de órgano y trompeta dedicado precisamente a Cabezón, y el Teatro Echegaray, con la representación del Misterio del Cristo de los Gascones a cargo de la compañía Nao d’Amores.
Destaca una oferta musical que invita a un recorrido por el barroco y que permite disfrutar de propuestas singulares relacionadas con la música tradicional persa, la Corte del Rey Roger II de Palermo en el siglo XII y el tránsito de la tafelmusik o música de banquete al divertimento.
Destacar la relevancia del concierto de clausura, con una versión de concierto de la ópera Orfeo y Eurídice, de Gluck, a cargo de la OFM con la dirección musical de Martin Gester, o la intervención de agrupaciones situadas en primera línea de la música antigua como Accademia del Piacere, Graindelavoix y el Ensemble Zefiro.
Como gran novedad de esta VI edición del Festival de Música Antigua destaca la celebración del primer encuentro de la Joven Orquesta Barroca de Andalucía (JOBA), un proyecto impulsado desde la Filarmónica malagueña, de eminente carácter pedagógico, que pretende promover la interpretación de la música antigua entre los futuros maestros y crear un espacio para la formación en este sentido, con un profesorado de primer nivel y la celebración de conciertos con destacados directores.