Doce Notas

Proyecto musical Almazana de la Biblioteca Nacional

Coexisten en su repertorio, adaptaciones modernas de cantigas o nubas con composiciones originales. Así mismo y de forma natural, conviven sobre el escenario instrumentos tradicionales de diferentes culturas con instrumentos actuales.

Serán sus intérpretes La Compañía de Folklore Imaginario: Javier Paxariño: ney, flautas, clarinete turco, saxo sopranino, kawala, flautas de bambú. Marce Merino: oud, mandola, mandolina, guitarra eléctrica. David García: darbouka, rek, panderos, batería y percusiones; y Adalberto Cevasco: teclados.

Ya en el siglo VII, San Isidoro de Sevilla compiló en sus Etimologías todo el conocimiento que se tenía sobre la música en territorio hispano, dos siglos mas tarde aparece el tratado de música de Alfarabí en el que se detallan los instrumentos musicales utilizados por los árabes y su temperamento.

Estos mundos lejanos y casi opuestos confluirán en Al-Andalus y darán lugar a una cultura mestiza que tendrá en la lengua romance su punto de conexión. Los judíos sefardíes por su parte, adoptan las melodías y los instrumentos de los árabes y cantan sus canciones en romance.

Parece seguro que algunos elementos judíos participaron en la vida musical de la España medieval junto con árabes y cristianos, encontrándose en las cuentas de algunas casas reales juglares judíos a sueldo de la Corona.

También el músico y cantor judío Al-Mansur tuvo un papel importante en la llegada de  Ziryab, cantor de la corte de Bagdad, a la cordobesa de Alhaquem I. A Ziryab, quien fundara la primera escuela de música en AI-Andalus e introdujera importantes novedades en la teoría y en la práctica musical, paradigma de la elegancia y el refinamiento árabes se le atribuye la creación de la Nuba; forma musical desarrollada por los árabes en Al-Andalus y que hoy es considerada como la música clásica de los países del Magreb.

A finales del siglo IX y comienzos del X aparece la figura de Mucádam ben Muafa el Cabrí, un poeta de Cabra (Córdoba), al que se le atribuye la creación de la moaxaja. Se trata de un género que consistía en fundir la poesía árabe clásica con las coplas cantadas en romance por la población nativa. Según la RAE se trata de una “Composición poética medieval, escrita en árabe o hebreo, que termina con una jarcha en mozárabe.”

La jarcha se nos aparece ligada a la moaxaja y también según la RAE es una “Canción tradicional, muchas veces en romance, con que cerraban las moaxajas los poetas andalusíes árabes o hebreos”.

Junto a la moaxaja y la jarcha, el zéjel fue un género poético de origen mozárabe atribuido a Ibn Bayya y que alcanzó su máxima perfección con el gran poeta cordobés Ibn Quzman. Posteriormente se desarrolló en forma de canción y fue cultivado sobre todo por los poetas hebreos.

Dos siglos después, Alfonso X, el Rey sabio reunió en su corte a sabios y eruditos de las tres religiones peninsulares, creando escuelas de investigadores y traductores en Murcia, Sevilla y especialmente, Toledo.

Su labor ayudó a transmitir al Occidente cristiano importantes elementos de la cultura oriental y dejó una abundante obra escrita, tanto literaria y musical (Cantigas de Santa María) como histórica (Crónica general, Grande e General Estoria) y científica (Libros del saber de astronomía, Lapidario…)

Las vidas de estos personajes históricos y a la vez legendarios junto con la mezcla de lenguas, estructuras musicales e influencias recíprocas son las bases de la filosofía principal del proyecto de una música global para una convivencia global.

Sábado 26 de junio, a las 18 horas
Sala Polivalente del Museo de la BNE. Entrada libre, aforo limitado.

 

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