Relevantes aportaciones para la discografía de las obras de Gaspar Cassadó, ese alumno de Pau Casals tan alabado fuera de nuestras fronteras y tan ignorado de puertas adentro. Quintana nos propone un violonchelo arrebatado y muy bien empastado con el piano de Carmen Martínez en obras como Requiebros o en las argentinas Pampeana nº 2 de Ginastera y El gran tango de Piazzolla, que los intérpretes resuelven con gusto, empaque y calidez sonora.
Más galantes –y elegantes– se muestran en la Sonata en estilo antiguo español, de Cassadó, así como en la Suite española de Joaquín Nin y consiguen no hacernos echar en falta el texto en la Suite popular española de Falla –transcripción de las Siete canciones populares– cantando con notas en lugar de con palabras.