La segunda mujer de la temporada a ellas dedicada tampoco es muy modélica, Agrippina, la odiosa madre de Nerón, aunque siempre bien endulzada por el buen hacer de Haendel. Madrid también tiene una Italiana en Argel (Rossini) en este bimestre y, sobre todo, una ópera de Haydn, el gran ignorado del género, del que se oirá La vera Constanza, eso sí, en los Teatros del Canal en acuerdo con el Real.
Barcelona, Valencia y Sevilla
El Liceu de Barcelona se inclina por ir estrenando a nuestro gran clásico Martín y Soler, con la presentación catalana de L’Arbore di Diana. Se le suma en este arranque de temporada Król Roger, de Szymanonvski, un título que afianzará el repertorio de ese apartado poco conocido de inicios del siglo XX.
En Valencia, fieles al estilo “sin complejos” que tanto defiende una corriente política, se tiran al monte con Los Troyanos, de Berlioz, en los que La Fura dels Baus pondrán su imponente (y cara) tramoya a los pies de Valery Gergiev para brindar un espectáculo que dejará una gran impresión.
En cuanto al Teatro de la Maestranza de Sevilla, Pedro Halffter ha optado por un título poco habitual de Richard Strauss como inauguración: La mujer silenciosa. Para noviembre queda ese Cyrano de Bergerac, de Franco Alfano, que significará el desembarco de los hermanos Alagna en la ciudad hispalense: Roberto Alagna en el papel principal del gran narizotas y David Alagna como director de escena, escenógrafo y coproductor (junto con la Ópera de Montpellier). A la batuta, Marco Guidarini.