Doce Notas

Baroque

Estas son las palabras de un emocionado espectador a la salida de un recital hamburgués de la venezolana Gabriela Montero. «De cada melodía hace una obra», exclama otra entusiasta oyente. Con Baroque hace gala de ese carácter jovial para afrontar los grandes autores, que van desde Vivaldi hasta Haendel y Bach. No es para nada un concepto clásico de hacer música, tiene mucho de novedad. Podría recordar a Uri Caine o a Fumio Yasuda. Ella asegura que “nunca podría tocar una improvisación una segunda vez» aunque lo cierto es que lo hace bien y tiene su gracia. Crea, recrea, decora, añade, corta, pega. En definitiva, hace una música tomando de aquí y de allá. Puede que no sea algo formal pero tiene su ingenio. A veces suena a music-hall, otras a jazz, algunas a banda sonora con uso de copyright ajeno, pero siempre con las reminiscencias clásicas. La Montero compone con la calidez de las regiones de Hispanoamérica, con ritmos danzantes, melodías de ricos matices y de alegres sonoridades. Con el apoyo de gente como José Antonio Abreu y Martha Argerich, ha recibido el apodo de “el vértigo del teclado” de mano de la crítica musical argentina. Prepárense para escuchar, por ejemplo, el coro de El Mesías comenzando con un ritmo grave de Habanera, a modo de la Carmen de Bizet. Mis felicitaciones a Gabriela Montero por su audacia en este tercer compacto del sello EMI, tan libre como fresco.

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