Pero no todo es chocolate, hay también penas y delicias de amor, como corresponde al título general: “Lírica para combates de amor”. Ni que decir tiene que esta temática remite al universo operístico y al de la cantata. También parece lógico que un entorno tan galante se apoye en repertorio italiano y francés, con licencia de sus buenos momentos españoles o, por supuesto, el repertorio italiano escrito por músicos germanos como Haendel o Hasse. Los temas de cada uno de los siete conciertos que componen el festival son sugestivos, aunque remitan para su pleno disfrute a una erudición considerable.
Desfilan por el festival autores como Rameau, Clérambault o Buffardin por el lado francés; Vivaldi, Porpora, Caldara, Veracini, Ruggieri, Scarlatti e incluso el maestro del lamenti, Monteverdi, por parte italiana; José de Nebra, Rodríguez de Hita o Martín y Soler como aportación hispana; además de los ya citados Haendel y Hasse. Este Festival de lamentos, suspiros y buena música barroca está servido por grandes músicos como Lachrimae Consort, de París, L’Assemblée des Honnestes Curieux, Una Stella Ensemble y El Concierto Español. Además de un puñado de solistas sin los cuales ningún canto sería creíble: las sopranos Noémi Rime, María Hinojosa, Veronica Cangemi y Raquel Andueza; el contratenor Xavier Sábata y el bajo François Bazola. Todo ello del 2 al 24 de febrero.