Disco muy interesante ya que parte de lo que suelo llamar hard-bop avanzado, hard-bop que asimila influencias posteriores tanto en composición como –esto me interesa más– en sonoridad. Composiciones con una base blues muy asentada, armónicamente completas y complejas, muy efectivas. Especialmente efectiva es Wicca, que da nombre al disco, para trío más trompeta y saxo… Art Blakey versión actual, con todo lo que la pasado posteriormente… Woody Shaw, Joe Henderson, Wayne Shorter… nombres que me sugiere este impresionante tema.
La sonoridad del hammond sin la reverb propia de salones religiosos y su unión con el piano nos acerca ecos softmachineros (y de Jarka! Años 70 en Cataluña)… mucha historia del jazz comprimida en 60 minutos. Muy cool, musicalmente hablando, sin la connotación fashion que tiene este término actualmente.
El beat de la batería, con un marcaje tan preciso de platos-caja es impresionante… tira de los temas de una forma suave y firme.
El lider, Jordi Rossy pertenece a esta especie tan interesantes de pianistas de jazz de España, Agustí Fernández –más centrado en la improvisación–, Albert Bover y Mariano Díaz en los que el jazz es una componente fundamental alimentada también por las aportaciones de la música clásica actual (Ligeti) y la experimentación sonora (Cage).
Todos están en su punto… impresionante iniciativa con una sonoridad arriesgada: piano-hammond, tranquila y arriesgada, aparentemente términos contradictorios. Una aportación más a sumar a la extensa lista de creadores de jazz en España que se pueden batir el cobre sin problemas en Europa. Lástima de hundimiento del circuito español de jazz, ahora que los músicos están en un momento excepcional… los discos que se están editando están a una altura no vista en décadas pasadas, al menos en esta cantidad. A esperar el directo.