Ya en España, en 1940 montó su propia compañía, y en los años sesenta comenzó a dar clases; hacia fines de esa década, pasó a dirigir el departamento de danza del Real Conservatorio de Arte Dramático y Danza de Madrid, siendo quien estableció las cuatro categorías en que se estudia hoy la disciplina. A mediados de los ochenta, montó su propia academia.
Es recordada especialmente por sus montajes con el Ballet Nacional de España como Díez melodías vascas (1979), Fandango (1979) y Danza y tronío (1984). Recibió el Premio Nacional de Danza (1950), el Premio Nacional de Coreografía (1955) y la Medalla de Oro de las Bellas Artes (1981), entre otros.