HAYDN, BRAHMS, LIGETI: LA RENOVACIÓN TRANQUILA

El cuarteto de cuerda ha sido el paradigma de lo que el Liceo ha entendido como música de cámara. Pero los tiempos cambian, como lo ha hecho la dirección artística del ciclo, y el “cuartetismo” a ultranza va atemperándose, aunque sigue siendo el núcleo de la programación. La despedida del Cuarteto Alban Berg en la temporada que concluye puede que esté marcando la necesaria renovación. En la temporada 8/9 sólo el Cuarteto de Tokyo (y en menor medida el Mosaïques o el Artemis) mantienen la antorcha de las últimas décadas. Incluso los jóvenes del Cuarteto Casals hacen figura de clásicos.

Pero juventud no significa poca experiencia, al contrario. Los finlandeses Meta4 ya han asombrado en este ciclo; poco se puede decir de los geniales hermanos Capuçon (que vienen acompañados por el pianista Nicolas Angelich) o las extraordinarias noruegas del Cuarteto Vertavo (cuarteto femenino). La versatilidad y el signo de los tiempos podría venir marcado por el hecho de que todos estos fabulosos intérpretes alternen sus presencias en Madrid con apariciones en temporadas contemporáneas del CDMC, por ejemplo.

La forma como eje de cuatro siglos de música
Además de los ya citados, se espera con atención la prestación de grupos como La Risonanza o el Cuarteto Kuss (ambos acompañados de sendas sopranos) con programas que contienen música preclásica (Risonanza) y con un arco temporal enorme (como Kuss) que tocará desde Gesualdo hasta Birtwistle, pasando por Mendelssohn. Se espera también a los cuartetos Vogler, Takáks, Artemis y Arcanto; además de agrupaciones de solistas que hacen premiosa esta relación. El arco que marca el título del ciclo: Haydn, Brahms, Ligeti; queda rebasado en muchos momentos. Señalemos que la obra encargo de este año está a cargo de la vitoriana Sofía Martínez, antigua alumna de Bernaola.