Para colorear las noches de Las Palmas, existe este Festival hace trece años, donde la danza conforma el núcleo y, además, cuenta con actividades de teatro, circo y música. Para abrir, Metapolis II, la segunda colaboración del Ballet Nacional de Marsella, a través de Frédéric Flamand, con la arquitecta –aquí escenógrafa– Zaha Hadid. La misma compañía propondrá un segundo programa, Tattoo, Herman Shermann y Somewhere, los días 12, 13 y 14 de julio. Por su parte, el Ballet Nacional de España, dirigido por José Antonio, llevará hasta Gran Canaria El Café de Chinitas, con la participación de Esperanza Fernández y Chano Domínguez. Asami Maki Ballet Tokyo, con Lucía Lacarra y Luigi Bonino como bailarines solistas, estará en Las Palmas los días 22 y 23 de julio, interpretando Duke Ellington Ballet. En el ámbito de la mezcla de disciplinas incursiona la Troupe de la Boîte à Rêves “Théàtre de París”, que trae el espectáculo Don Quijote contra el Ángel Azul.
También se deja un espacio al espectáculo musical puro, y el Parque de Santa Catalina recibirá a la Orquesta de San Petersburgo, bajo la dirección de David Azagra; pero además hay un espacio para la Orquesta Sinfónica de Gran Canaria, con Luis García y los tenores Celso Albelo y Francisco Corujo. Hacemos hincapié también en los espectáculos infantiles: Los Músicos de Bremen y La revolución de los juguetes. El primero, coproducción hispanoitaliana de Teatro Paraíso, es una adaptación de la obra de los Hermanos Grimm, y la segunda, de La Caseta Teatro, es obra de Juan Carlos Guerra.