El disco nos presenta obras de jóvenes autores -y no tan jóvenes- para este instrumento como son Juan de Erena, Eduardo Martín, Marco Smaili, Dale Kavanagh, Simone Iannarelli y Claricce Assad. Creadores de lugares tan variados como España, Cuba, Italia, Brasil, Canadá.
La procedencia y la edad ya introduce la idea de la variedad.
Variedad de ideas, de estados de ánimo, de ritmos, de armonías, sonidos y evocación de paisajes. Todo ello interpretado con maestría, precisión, intensidad y la dosis adecuada de virtuosismo para escuchar una hora de música sin pestañear, casi a diario, en mi caso, en las últimas dos semanas.
Me ha hecho recordar las tardes de hace ya muchos años escuchando a Toti Soler cuando colgó la guitarra eléctrica y se pasó a la española de mano de Diego del Gastor en su deriva más flamenca y mediterránea.
No hace falta que diga que la guitarra española es un gran instrumento universal y si lo tañe alguien de la altura de Laura Verdugo el éxito está garantizado.
Magnífica grabación y producción y un libreto repleto de muy buena información y contextualización de la intérprete y los creadores y creadoras de las obras.
Acabo como siempre últimamente, espero poder verla en directo pronto.
Mientras tanto a desgastar el CD…
No lo duden, busquen y a disfrutar. En mi casa es un hit, escucha amable, placentera y poliédrica.
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