
Thierry Malandain ha creado un repertorio coherente, con un estilo intemporal y sobrio y una visión renovada de la danza académica.
El musicólogo Gianfranco Vinay escribió sobre Igor Stravinsky: “Si Stravinsky no hubiera alcanzado su madurez artística escribiendo música para los Ballets Rusos, no habría sido el Stravinsky que conocemos hoy. Y viceversa.
Si Stravinsky no hubiera colaborado con los Ballets Rusos no solamente nos habríamos perdido muchas obras maestras, sino que, además, la carrera artística de varios coreógrafos no habría sido la misma. ¡Imaginemos la carrera de Michel Fokine sin Petrushka, la de Vaslav Nijinsky sin La consagración de la primavera, la de Léonide Massine sin Pulcinella o la de Bronislava Nijinska sin Las bodas!”.
Desde entonces, las colaboraciones entre Igor Stravinsky y los discípulos de Terpsícore han sido siempre fecundas y hoy, Malandain Ballet Biarritz ha reunido en un mismo cartel a Thierry Malandain y Martin Harriague, artista asociado al Centro Coreográfico Nacional, para inscribirse en esa bella tradición.
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