Carmen Vela, además de flautista, clarinetista, compositora y activista política y cultural es directora de la escuela de música El Molino de Santa Isabel y comisaria del festival Las Noches Bárbaras del Círculo de Bellas Artes de Madrid, compositora y arreglista de Quartetazzo. Este es su segundo disco como líder, el anterior “Camina” fue reseñado también en estas páginas.
En los últimos años aparece en España una maravillosa tendencia musical protagonizada por mujeres flautistas que se aplican al flamenco jazz. María Toro y Trinidad Jiménez son las que se escuchan con más frecuencia. En estas páginas se han reseñado sus trabajos, magníficos.
De repente una rara avis en ese panorama: Carmen Vela decide anclar su barco en el jazz actual, jazz que asimila músicas con mucha facilidad, incluso sonoridades clásicas, y se dedica a dar peso y profundidad a las composiciones olvidándose un tanto de sonidos rotundos y espectaculares, a veces muy artificiosos.
Nos ofrece en este trabajo nueve temas de muy variada procedencia temática, desde el jazz más main stream de procedencia hard bop –Humanos, Ciudades– pasando por acercamientos a lo hispano –Jaleolé– repleto de armonías ibéricas y un magnífico interplay del clarinete con la voz de Sheila Blanco, derivando a un blues final; o baladas con pasajes en reprisse –Montañas– con un uso aterciopelado del clarinete. Al final del disco encontramos temas funkies y brasileiros como Incerteça junto a armonías más bluesies en Despedida 2.0. Todos con un gran espacio para que los músicos desarrollen sus, ya sean habituales o invitados.
Que nadie busque alardes de potencia o afectado virtuosismo. No va de eso, por contra hay mucho trabajo en equipo, desarrollo temático y variedad compositiva.
Un maravilloso regusto final a jazz que apunta al futuro sin prisa, a fuego lento, a largo plazo.
Si la ven anunciada no lo duden, mientras tanto busquen el cd y a disfrutar.
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