Fue además profesor en el Conservatorio Nacional de México y crítico musical, además de director de la Orquesta Sinfónica de México y compositor de canciones populares y partituras para orquesta.
Nos llegan ahora sus sonatas para guitarra: Sonata Romántica, homenaje a Franz Schubert; Sonata Clásica, homenaje a Fernando Sor; Sonata No3 y Sonata Mexicana.
Si se tratara de guitarra flamenca hablaríamos de «cuatro palos» muy diferentes. Resultan una visión muy completa de un gran autor de música para guitarra.
Mención aparte merece la concertista, a la que no dudaría en calificar de virtuosa de la guitarra clásica, María Esther Guzmán.
Yo no soy objetivo, soy guitarrista aficionado y según escucho el disco «veo el vídeo» de sus manos sobre el mástil y las cuerdas. Una película “de Óscar” se me antoja. Qué precisión, intensidad, tacto sobre el mástil jugando con matices y sonoridades. Desde la definición sonora en los arpegios al tono cálido y aterciopelado de algunos rasgueos finales. Glissandos y armónicos en los momentos precisos.
María Esther Guzmán, sevillana de 1967 ganó en 1984 el premio de Juventudes Musicales, calificarla de prodigio no es una banalidad. Desde entonces han seguido premios, menciones, conciertos y colaboraciones en todo el mundo occidental. Andrés Segovia y Leo Brower son sus mayores influencias.
Resumiendo: un CD para disfrutar y para estudiar, eso si, como guitarrista aficionado, no claudicas y arrinconas los instrumentos que tienes en casa para siempre.
No es el caso, el nivel no es ni perseguible, y ella no necesita salir del canon clásico.
Se trata entonces del habitual trabajo que demoras su reseña porque sabes que estarás una temporada en otras cosas. Es la vida.
Muy recomendable escucha y adquisición. En su tienda habitual o en lbsclassical.es
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