
La Filarmónica despide su 12ª temporada con el regreso de la Orquesta Nacional de Francia, formación de gran tradición y prestigio que vuelve por tercera vez a La Filarmónica. En esta ocasión, con su nuevo titular, Cristian Măcelaru, un gran maestro de quien esperamos mucho de su versión del Romeo y Julieta.
Según apuntan sus organizadores, «haciendo balance de este año, constatamos que hemos disfrutado de una de las temporadas más brillantes de nuestra trayectoria tanto por el resultado artístico como por la masiva respuesta de los aficionados. El Réquiem de Mozart de Currentzis, La Consagración de la Primavera de Orozco-Estrada o la Quinta de Mahler de Ádám Fischer son algunos de los conciertos que permanecerán en nuestra memoria.
Dispongámonos a clausurar esta 12ª temporada con una gran velada sinfónica. Y también preparémonos para disfrutar de la 13ª temporada, que les acabamos de presentar y que nos promete grandes momentos musicales».
Romeo y Julieta: «Los muertos no pueden bailar, los vivos sí»
En 1934 el Teatro Kirov de Leningrado (actual Teatro Mariinsky de San Petersburgo) encargó a Serguéi Prokófiev la composición de la música para el ballet de Romeo y Julieta. El desenlace de este estreno nos demuestra la difícil relación de un artista tan genial, complejo y contradictorio como Prokófiev y el implacable régimen soviético.
Prokófiev dedicó todo el verano de 1935 a componer una música de gran belleza al servicio de la trama y los personajes de la obra de William Shakespeare. El compositor respetó todas las escenas excepto la última, que sustituyó por un final feliz que para él tenía más sentido desde una lógica coreográfica, llegando a afirmar: «Los muertos no pueden bailar, los vivos sí». Así, en su versión, Romeo y Julieta sobrevivían y huían juntos de Verona.
En pleno realismo socialista el desenlace imaginado por Prokófiev no gustó a las autoridades soviéticas que lo consideraron poco respetuoso con la obra original. Atrasado el estreno, el compositor se vio obligado a estrenar Romeo y Julieta lejos de su país. Finalmente, y habiendo cedido a recuperar el final trágico de Shakespeare, Prokófiev pudo estrenar su ballet en el Teatro Kirov, en enero de 1940, obteniendo un rotundo éxito.
Orquesta Nacional de Francia
La Orquesta Nacional de Francia es una de las formaciones sinfónicas de más prestigio de Francia. Los orígenes de esta formación se remontan a 1934 y en las últimas tres décadas ha confiado su batuta a maestros como Sergiu Celibidache, Lorin Maazel, Charles Dutoit, Kurt Masur o Daniele Gatti. Cristian Măcelaru es el director principal de la orquesta desde septiembre de 2020. Juntos interpretarán una selección de las suites que Prokófiev compuso para su ballet Romeo y Julieta.
El fenómeno Kantorow
La Filarmónica siempre ha programado desde sus orígenes a grandes pianistas como Martha Argerich, Maurizio Pollini, Maria João Pires, Sir András Schiff o, recientemente, Daniil Trifonov. Ahora nos complace presentar el debut en la temporada de una estrella emergente del piano: Alexandre Kantorow. Desde que ganó el Concurso Chaikovski en 2019, Alexandre Kantorow ha dibujado una trayectoria imparable que lo ha llevado a convertirse en el nuevo fenómeno mundial del pianismo. Kantorow se presenta en las principales salas del mundo y colabora habitualmente con grandes maestros como Valery Gergiev, Teodor Currentzis y John Eliot Gardiner. En La Filarmónica nos sentimos afortunados de contar con un gran concierto de clausura con la Orquesta Nacional de Francia y su director titular Cristian Măcelaru. En la primera parte, Alexandre Kantorow interpretará el arrebatador 2º Concierto de Chopin.
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