Todos los aficionados al blues y el jazz sabemos que las percusiones son la banda sonora de fenómenos religiosos y místicos ancestrales de estas culturas y religiones, en el Caribe y en el sur USA. Son manifestaciones y sonidos de rituales “premusicales”. El objeto no es hacer arte, música o «ruido» sino acompañar a oficiantes y creyentes en su camino al trance y la comunión con las deidades convocadas en cada ritual.
No me imagino estas «performances» en un jardín zen sino en las oscuridades crípticas de sus refugios o en ese jardín en una noche de plenilunio. Todo muy telúrico y en un sentido muy profundo. Música, además, hecha con todo objeto al que se pueda arrancar un sonido, incluido el cuerpo humano.
Gran sorpresa cuando estuve en Calanda. Allí no hay “música” hay creencia religiosa que te remueve por dentro, aunque, como es mi caso, no seas creyente. Conozco personas muy ateas que lloran con los pasos de la Semana Santa.
El autor era desconocido para mí, Louis Franz Aguirre, cubano, 1968, que bebe de fuentes africanas, asiáticas – India, Gamelan- y contemporáneas (Xenakis) y que representa la vertiente musical de creencias afrocubanas como lo representó en su día Chano Pozo con Gillespie en el bebop. Hay algo más que «sonido» en estas ideas.
El grupo de percusión, SoXXI – Borja Donet, Andreu Queralt, M A Real, Sergi Dauder, Josep Furió, Joan Soriano– ejercen en Valencia, pero podrían haber desembarcado en una nave pilotada por Sun Ra procedente de allende la vía láctea. Su entrega y virtuosismo es total, algo intrínseco al trance, musical incluso (Coltrane en sus últimos discos es un buen ejemplo).
Supongo que no harán gira -España no es país para artistas- pero atender a uno de sus oficios percusivos será toda una experiencia…musical.
Hay festivales ya que tratan este percal con éxito, ellos organizan uno.
Bueno, se han acabado ya los casi sesenta y siete minutos del CD.
Es hora de cerrar las puertas del templo. Si quieren saber lo que hay dentro: divineartrecords.com
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