
Es ya un estilo musical por derecho propio y lo suficiente alejado del jazz, del rock, de la música contemporánea, del noise…es «improvisación», composición instantánea lo denominaban los ingleses.
Si el lector frecuenta mis páginas y los discos que reseño verá que abogo por dar rienda suelta y valor a los músicos que se atreven con la improvisación sin red. Sin apenas un esquema.
Me parece un arte ciertamente difícil. Si yo leo una partitura y «ensayo» acabo montando ese tema, esa canción y no influye tanto mi pericia con el instrumento. Aquí sí, has de conocer hasta la extenuación lo que tienes “entre manos” aunque luego solo uses un bajo porcentaje de sus posibilidades.
Has de escuchar, has de apreciar musical y personalmente a tus compañeros, algo que no se da a veces en otros estilos musicales, aquí la empatía es fundamental como relata Josep Lluis Galiana en sus escritos.
¿Que nos ofrecen ahora estás tres luminarias de la improvisación española? De partida un disco con un sonido excepcional, se encerraron un día de agosto en un estudio, tocaron y después mezclaron y editaron, éxito de sonido casi asegurado.
El resultado: catorce secciones con un fluir sonoro e interplay excepcional.
Como siempre adelanto: la dimensión visual y gestual en esta música se diluye, pero se gana en concentración en la escucha y en limpieza de sonido frente al directo y sus impurezas, tan interesantes también en algunas ocasiones, no siempre.
La vertiente noise de la improvisación a veces es complicada de escuchar, precisa de mucho volumen, esta muestra está más cerca, por instrumentación, del free jazz y solo precisa de atención, tiempo y oído un tanto educado para estos sonidos.
Hay momentos hasta relajantes por ayudarte a mantener distancia con otras realidades.
Una escucha muy placentera e interesante, siempre.
Atrévanse a pedirlo y abran sus orejas a experiencias musicales no habituales.
____