Doce Notas

Un precioso sonido: Antonio Rodríguez de Hita. Obra vocal en latín, a cargo de La Grande Chapelle y Albert Recasens

cdsdvds  Un precioso sonido: Antonio Rodríguez de Hita. Obra vocal en latín, a cargo de La Grande Chapelle y Albert Recasens

 

La actividad alrededor de la música clásica tiene como punto de referencia el canon del repertorio. Aunque esto es un fenómeno más bien reciente, ha extrapolado y fosilizado consideraciones taxonómicas, como las que hay detrás de la respuesta a una petición como “nombre un compositor de la segunda mitad del siglo XVIII”, que suele ser, después de Mozart, algún nombre de la órbita centroeuropea. Afortunadamente directores y grupos como Albert Recasens y La Grande Chapelle nos ayudan a llenar el vacío de nombres más allá de los habituales relacionados con la música en torno a la Ilustración. En el CD Antonio Rodríguez de Hita. Obra vocal en latín, el director cambrilense y su grupo nos obsequian con una parte muy interesante de la obra de Rodríguez de Hita, su repertorio litúrgico. Antes que nada hay que resaltar que, aparte de las dos piezas instrumentales que se incluyen (muy barrocas) todas son recuperaciones grabadas por primera vez.

El compositor al que se dedica la producción tiene una interesante ambivalencia, fue a la vez clérigo, maestro de capilla de carrera (a los dieciséis años lo era de la Catedral Magistral de Alcalá de Henares, como cuentan las muy recomendables notas del librillo que firma Recasens), al tiempo que sus obras escénicas le valieron fama y reconocimiento. Pero aparte de la verbi gracia musical de un creativo indiscutible lo más interesante de este registro es que es una muestra de una gran capacidad de síntesis. Es música que, por cuestiones estético-litúrgicas, no debe desvincularse de manera rupturista con la tradición, y he aquí que hay mucho del stile antico (contrapuntístico) en lo que escuchamos, y a la vez integra de manera orgánica – con la esperada solemnidad litúrgica – elementos formales y de instrumentación que vienen del ámbito de la música escénica de su tiempo.

Y, ¿a qué suena todo esto? Pues en el CD que nos ocupa, sobre todo, a un precioso sonido en el conjunto vocal. Esta es una cuestión importante porque, desde el punto de vista formal, si la música escénica se apoya en las intervenciones individuales de los personajes la música litúrgica occidental, desde la Edad Media –y lo sigue siendo en el siglo XVIII– gira en torno al conjunto, ya para la época, el vocal e instrumental, pero guardando la preeminencia del canto por su relación directa con el texto, palabra sagrada literal, parafraseada o comentada.

En conjunto se logra una expresividad justa, sin excesos “escénicos” y una claridad contrapuntística de capilla. Esto es algo que debe agradecerse también al apartado técnico de la producción porque no es infrecuente encontrarse con casos donde la claridad de la textura perece ante toma de sonido y mezcla. Afortunadamente no es el caso y Recasens y La Grand Chapelle logran traer a nuestros oídos la inventiva que Rodríguez de Hita dejó por escrito.

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