Doce Notas

La Quinta de Mahler con Ádám Fischer & Düsseldorfer Symphoniker en la temporada de La Filarmónica

clasica  La Quinta de Mahler con Ádám Fischer & Düsseldorfer Symphoniker en la temporada de La Filarmónica

Quinta de Mahler: el Adagietto más célebre

Concebido únicamente para cuerdas y dos arpas, el compositor centra el peso dramático de su obra en este conmovedor fragmento impregnado de dos de sus principales motivaciones: el amor y la muerte.

La Quinta sinfonía de Mahler no tuvo buena acogida en su estreno en 1904 en Colonia. Tras otra interpretación rechazada por el público en Hamburgo, el compositor llegó a decir que era “una obra maldita que nadie entiende”. Sin embargo, el Adagietto ya fue interpretado separadamente por el propio compositor. Y cabe destacar que Henry Wood ofreció esta pieza en los Proms de Londres en 1909, mientras que la sinfonía completa no se estrenó en el Reino Unido hasta 1945. Berstein dirigió el Adagietto en 1968 en Nueva York durante el funeral de Robert F. Kennedy. También se ha interpretado en actos conmemorativos de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos y en otras ceremonias fúnebres, como la de Leonard Bernstein.

En 1971 la película Muerte en Venecia, dirigida por el italiano Luchino Visconti y con Dirk Bogarde como protagonista, se convirtió en uno de los éxitos más extraordinarios de la historia del cine. El cineasta se serviría del Adagietto para describir la tragedia de un compositor en su decadencia que lucha contra el inevitable paso del tiempo y las consecuencias de un amor platónico imposible.

Sinfonía de los adioses: Haydn reivindicativo

Joseph Haydn (1732 – 1809) trabajó buena parte de su vida al servicio del príncipe húngaro Nikolaus Esterházy como maestro de capilla, el cargo más alto al que podía aspirar un músico en esa época. Todos los veranos, los músicos y los sirvientes de palacio se trasladaban a Eszterháza, la segunda residencia de la familia, para pasar allí las vacaciones, lo que implicaba que todos los trabajadores debían abandonar sus casas durante algunos meses.

El verano de 1772, el príncipe decidió prolongar la estancia en Eszterháza. Era el mes de octubre y, aunque los músicos deseaban regresar con sus familias, nadie se atrevía a pedir permiso al príncipe. Entonces Haydn, con gran sentido del humor y sutilidad, decidió enviarle un mensaje en forma de música: el resultado fue esta Sinfonía de los adioses, al final de la cual los instrumentos se van desvaneciendo uno tras otro.

La obra fue estrenada en presencia del príncipe, con la instrucción de que los músicos apagaran la vela de su atril y fueran abandonando la sala al haber acabado su parte hasta dejar la cámara completamente a oscuras. Con este ingenioso gesto musical, Haydn se erigió el defensor de los músicos, reivindicando su derecho al descanso. El concierto fue un éxito: el príncipe captó el mensaje y el día siguiente los mandó todos a casa.

Fischer y la Düsseldorfer Symphoniker: un gran matrimonio sinfónico

Las orquestas han crecido y se han formado cuando han mantenido relaciones de larga duración con grandes maestros: Gergiev y la Sinfónica del Teatro Mariinsky, Karajan y la Filarmónica de Berlín, Mravinski y la Filarmónica de San Petersburgo, Maazel y la Orquesta de Radio de Viena, Celibidache y la Filarmónica de Munich… Desde que Ádám Fischer se hizo cargo de la Sinfónica de Düsseldorf, juntos han establecido itinerarios profundos y serios como las sinfonías de Mahler que han grabado.

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