
© Mary Slepkova/ Deutsche Grammophon
Como explica Álvaro Cabezas García en las notas del programa, «son legión las obras que Bach dedicó al teclado, siendo algunas de ellas inmortales, si bien diversificó su aplicación entre el órgano, el clave y el clavicordio. En el momento de su muerte se conservaban en su casa nada menos que cinco clavicémbalos y clavicordios, lo que indica que, durante buena parte de su vida, estuvo experimentando y desarrollando su creatividad musical a partir de la versatilidad que estos instrumentos le ofrecían.
El recital comienza con una primera obra (de unos quince minutos de duración), los Vier Duette (Cuatro duetos), BWV 802-805, un grupo de pequeñas piezas de tonalidades distintas –Mi menor, Fa mayor, Sol mayor y La menor, respectivamente–, y reunidas en una fecha relativamente tardía dentro de la producción bachiana como 1739. Aquí se encuentran concomitancias con las formas de El clave bien temperado, de la misma cronología. Los duetos son así llamados porque se exhiben en la exposición dos voces que, gracias al arte del contrapunto, se entrelazan y dialogan con asenso y primorosa musicalidad.
El primero es un portento, ya que se trata de una doble fuga donde la primera voz empieza donde acaba la segunda y la segunda lo hace donde remata la primera. El segundo tiene tres secciones bien contrastadas (A-B-A), el tercero es el de mayor sencillez interpretativa y, también, el más danzante de los cuatro, recordando levemente el tercer concierto de Brandenburgo. El último es una fuga de envergadura que culmina el conjunto con una lucidez imponente.
Las seis partitas de Bach fueron catalogadas como BWV 825-830 y publicadas de manera independiente entre 1726 y 1730. La Partita II en Do menor, BWV 826 –de unos veinte minutos de duración–, es una parte muy compleja de ese grupo, quizá por su carácter misceláneo, ya que se trata de una suite alemana con danzas alusivas a distintas zonas o escuelas regionales. La Sinfonia que la inicia es casi una obertura francesa, solemne, con ritmos apuntillados y que cobra mayor velocidad en su última sección fugada. Después se suceden la germánica Allemande (melancólica y suave); la francesa Courante (impregnada de una cierta estilización de una reconocible danza); la hispánica Sarabande (lírica, expansiva y movida); el francés y vigoroso Rondeaux; y el Capriccio (que sustituye aquí a la habitual Gigue), es audaz y grave a la vez.
La segunda parte de la velada estará conformada por las obras de dos autores: Chopin y Schumann. En primer lugar, del maestro polaco se interpretarán dos conjuntos de mazurcas: por un lado su opus 30 (compuesta por cuatro) y por otro su opus 50 (por tres). Chopin compuso mazurcas durante toda su vida, otorgando a un género bastante constreñido y breve toda la gama de colores que permitía plasmar sus innovaciones armónicas y técnicas. Las Cuatro mazurcas, publicadas en 1837, están compuestas en las tonalidades Do menor, Si menor, Re bemol mayor y Do sostenido menor y juntas no superan los diez minutos de duración.
Compuestas en un momento crítico de la vida de Chopin –su tuberculosis empeora y, temiendo por su vida, redacta su primer testamento y se muda a Valldemosa–, fue el amor de distintas mujeres –María Wodzinska o Aurore Dudevant/George Sand–, lo que lo animó a seguir viviendo y a componer las algo posteriores Tres mazurcas, ya en 1842 y divididas en Sol mayor, La bemol mayor y Do sostenido menor, de parecida factura y duración.
Las Waldszenen (Escenas del bosque), Op. 82, de Schumann, cerrarán el programa como casi cierran su propia y breve vida.
Se trata de nueve piezas “de carácter” y cierta perturbación (como pensaba Clara Schumann) para piano solo tituladas de la siguiente manera: Eintritt (entrada); Jäger auf der Lauer (cazadores al acecho); Einsame Blumen (flores solitarias); Verrufene Stelle (lugar encantado); Freundliche Landschaft (paisaje acogedor); Herberge (posada); Vogel als Prophet (pájaro como profeta); Jagdlied (canción de caza) y Abschied (adiós).
___
Grigory Sokolov
Grigory Sokolov nació en Leningrado el 18 de abril de 1950. Comenzó a tocar el piano a los cinco años y, dos años después, empezó sus estudios en el Conservatorio de Leningrado.
El talento prodigioso de Sokolov fue reconocido en 1966 cuando, a los 16 años, ganó el Primer Premio y la Medalla de Oro en el Concurso Internacional de Piano Tchaikovsky en Moscú, convirtiéndose en el pianista más joven en recibirlo y siendo su trabajo alabado por Emil Gilels, presidente del jurado.
Si bien Grigory Sokolov realizó importantes giras por Estados Unidos y Japón en la década de 1970, su arte evolucionó y maduró lejos del foco internacional.
Ha actuado como concertista solista con orquestas del más alto nivel, trabajando entre otras con la Filarmónica de Nueva York, la Royal Concertgebouw Orchestra de Ámsterdam, la Filarmónica de Londres, la Symphonieorchester des Bayerischen Rundfuns y la Filarmónica de Múnich, antes de tomar la decisión de centrarse exclusivamente en dar recitales en solitario.
Sokolov ofrece alrededor de 70 conciertos cada temporada, sumergiéndose en un único programa y realizando numerosas giras por toda Europa.
Después de dos décadas alejado de las grabaciones, Sokolov firmó un contrato exclusivo con Deutsche Grammophon. Su asociación ha hecho posible la publicación de varias grabaciones, todas ellas extraídas de conciertos en directo.
Para su primer lanzamiento, en 2015, el pianista eligió un concierto que dio en 2008 en “The Salzburg Festival”, un CD con obras de Mozart, Chopin, Bach, Rameau y Scriabin; un segundo álbum le siguió un año después, con obras de Schubert y Beethoven. Su tercer álbum, lanzado en 2017, presenta actuaciones en directo de conciertos de piano de Mozart y Rachmaninov. Estas grabaciones de CD se acompañan de un DVD del documental de Nadia Zhdanova “A Conversation That Never Was: a portrait of Grigory Sokolov”, que recopila entrevistas con sus amigos y compañeros, además de grabaciones privadas inéditas. A un doble CD con DVD publicado en 2020 con obras de Beethoven, Brahms y Mozart, le siguió en abril de 2022 la publicación de una grabación en concierto en el Palacio Esterházy de Eisenstadt, con tres Sonatas de Haydn, los Cuatro Impromptus D. 935 de Schubert y una generosa selección de bises
Más información y venta de entradas
________