Doce Notas

Exitosa y esperada reapertura de la Sala Rodrigo

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Suyas fueron unas breves palabras de bienvenida antes de que el Ensemble de Vientos de la OdV inaugurase musicalmente el acto, formando parte de un pequeño ciclo en el que también actuarán el New European Ensemble y el Ensemble de Cuerdas de la OdV, entre otros. Llimerà habló de la importancia de este tipo de música que se reflejará en interesantes y variadas programaciones, así como en conciertos abiertos al público de manera gratuita como los del propio ciclo de reapertura.

Junto al director londinense Paul McCreesh, fundador del prestigioso conjunto británico Gabrieli Consort & Players, el Ensemble de Vientos de la OdV interpretó una obra única en esta velada que para muchos fue como regresar a casa tras varios años de ausencia: la Serenata nº 10, K. 361 de Mozart, conocida también como la Gran Partita: «La partitura no parecía nada. El principio tan simple. Casi ridículo… Pero de repente, en lo alto, un oboe solitario, una sola nota, inquebrantable por encima de todo, hasta que un clarinete la recoge… Nunca había oído nada igual, con tanto anhelo; un anhelo tan insaciable que me estremecí y me pareció oír la voz de Dios”, le hace decir a Salieri el guionista Peter Shaffer en la película Amadeus, dirigida en 1984 por Miloš Forman.

Tales palabras podrían haber sido el leitmotiv de lo que se escuchó el pasado día 29 de octubre en la Sala Rodrigo. El concierto número 3705 de la OdV se recordará por coincidir con este memorable acto de reapertura con una sólida interpretación por parte de los músicos de la orquesta, dirigidos con pulcritud por Paul McCreesh, mostrando las dos caras de esta partitura: por un lado, las melodías y ritmos populares austríacos que tanto complacían a la aristocracia vienesa, y por el otro ese anhelo que Shaffer pone en boca de Salieri, Así, la Serenata sonó como lo que es: entretenida, alegre, placentera, animada, al tiempo que profunda, colorida, rica en matices y hasta novedosa para su época si pensamos en la inclusión de los cornos di bassetto o clarinetes tenor, de tono más oscuro que los habituales clarinetes en si bemol.

En resumen, una magnífica reapertura y puesta a punto de la Sala Rodrigo, también en términos acústicos, que tras un forzoso cierre de cuatro años vuelve a estar a disposición de la ciudadanía.

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