El octavo álbum de MarchVivo pretende destacar las conexiones entre las composiciones para piano de Frédéric Chopin, y ocho compositores de cinco nacionalidades distintas, entre los que se encuentran Samuel Barber, Gabriel Fauré, George Enescu u Ottorino Respighi.
En 1780 el físico Aimé Argand inventó el quinqué. Con este artilugio, el ser humano comenzó la carrera para hacerse dueño de un terreno que hasta entonces le estaba vedado: la noche. Casi al mismo tiempo los compositores comienzan a publicar obras tituladas notturno, concebidas para ser interpretadas más allá de la caída del sol.
Desde entonces, multitud de compositores han encontrado un filón en la noche: fantasmas, sueños y pesadillas. Fue en el siglo XVIII cuando John Field asentó los principales rasgos del nocturno: un género exclusivo para el piano, que cultivaron la mayoría de los compositores-pianistas de la época.
El ideario romántico puso el foco de atención en el reverso del día e imbuyó la experiencia nocturna de una miríada de connotaciones expresivas. La independencia del ciclo solar, que popularizó la imagen del artista componiendo de madrugada en duermevela, fructificó en el nocturno. Si Field fue el padre del nocturno, Chopin llevó el género a su cúspide. Marcó la senda de sus coetáneos y sucesores con una escritura de gran riqueza contrapuntística y una invención armónica y melódica sin precedentes.
El grado de sofisticación alcanzado por Chopin en sus nocturnos tuvo una destacada continuación en los trece nocturnos de Gabriel Fauré, todo un compendio de la evolución vivida por su escritura pianística. El disco también cuenta con composiciones de los italianos Giuseppe Martucci y su alumno Ottorino Respighi, del rumano George Enescu, del búlgaro Pancho Vladigerov, del estadounidense Charles Tomlinson Griffes.
El molde chopiniano es la carta de presentación del Nocturne de Samuel Barber, compuesto en1959 como homenaje a John Field. Si Chopin y Field se hallan presentes en Barber, en el Nocturne for Left Hand Alone nos encontramos con sus herederos en Rusia: Serguéi Rajmáninov y Aleksandr Skriabin. Perteneciente a sus Three Character Studies (2001), la primera colección de piezas escritas por el pianista de jazz Fred Hersch, este nocturno asume la herencia de las obras para la mano izquierda de Skriabin, que parten de la tesitura grave del piano para concentrar la melodía en el registro central.
En Nocturnes on the margins, la secuencia poética de esta selección de nocturnos ofrece una visión alternativa, tangencial y luminosa de la noche desde los márgenes de ese río caudaloso que es el repertorio canónico para piano. A partir del eje vertebrador del nocturno romántico, estas nueve piezas aportan a nuestro concepto del género algunas ramificaciones inusuales de todo aquello que significa la noche para el pensamiento musical del siglo pasado.
Nocturnes on the margins en march.es
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