Así pues, sin duda un autor que merece más atención es el sucesor de Mateo Romero (ampliamente representado en el Cancionero de la Sablonara) en la Real Capilla, el compositor Carlos Patiño. Albert Recasens al frente de La Grande Chapelle, toma buena nota de esto y nos ofrecen Carlos Patiño. Música vocal en castellano.
El registro está integrado por piezas polifónicas en castellano, casi todas tonos, dónde la música da forma a unos hermosos textos poéticos. Atendiendo a que la retórica en su amplio sentido está en el centro de estas composiciones, y a esto deberían apuntar las interpretaciones, director e intérpretes saben dar vida a esto de la manera más efectiva.
Lo que está en primer plano en toda la grabación es el exquisito gusto del director y la manera en que los intérpretes saben traducirlo en sonido. El texto en esta producción no solo articula de manera efectiva –junto con otros parámetros, claro está– el fraseo, sino que es particularmente inteligible, algo bastante poco común en las grabaciones de músicas históricas, sobre todo en voces de alto y soprano, y en este contexto estético esto es sin duda uno de los valores de la producción de Recasens y compañía.
Desde piezas más bien líricas, como Pensamiento, no presumas, primer track del CD hasta otras vivas, como ¡A bailar, zagalejas! (en que la dedicación a Mariana de Austria– esposa de Felipe IV– se explicita en el texto), la producción se plantea como una sucesión de piezas más parecidas que contrastantes interpoladas por dos piezas instrumentales. Más allá de lo musical, el texto del booklet es ciertamente de interés para quien quiera conocer los entresijos históricos de la producción del repertorio, con información tan valiosa como las fuentes primarias y bibliografía.
Por último, y volviendo a lo sonoro, si la intención es la de plantear el tracklist a modo de recital, el resultado tiende más bien a ser monocromo, sin que la inclusión de las dos piezas no vocales revierta este efecto pero, por otro lado, si estamos ante un repositorio sonoro de una muestra representativa de la música de Patiño – algo más propio de los modelos vinculados al streaming – son simplemente 54 minutos de las más hermosas piezas del XVII español para no dejar en el olvido a un compositor tan valioso como Carlos Patiño.
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