El artista, con unos códigos muy personales, presta su obra a un equipo artístico dirigido por Bárbara Lluch que realizará una creación digital. El paso del tiempo, el ser humano y su entorno, las naturalezas muertas, la infancia, entre otros, son constantes de López propio y el paisaje visual sobre el que pivota esta interpretación. En el mundo lleno de heridas que plantea el Winterreise, Antonio López presta su obra para que un equipo la ponga en diálogo con la música de Schubert. Considerado el testamento espiritual del compositor, es uno de los ciclos de lieder más importantes de la historia de la música y un auténtico Everest para sus intérpretes.
Reflexionando sobre la soledad y el autoaislamiento que emana de La Model, el universo poético de López inundará el espacio con creaciones animadas donde se amplificarán sus traumas, anhelos, esperanzas y miedos del viaje errante de Schubert. Un mundo interior, radiografiado por el compositor, devastado por el infortunio, la desgracia y la fatalidad. Un corazón que únicamente late para huir de una comunidad que le oprime.
De una belleza inquietante, el Winterreise es una invitación a la melancolía profunda, cuyos episodios marcan un viaje desesperado de un hombre traicionado. Una inmersión en el universo poético de Schubert con Antonio López como guía de lujo en el que el público es conducido hasta el abismo de este viaje interior.
El espacio
La Model es el edificio penitenciario que ha acompañado la historia contemporánea de Barcelona. Es una cárcel con un gran simbolismo para los ciudadanos y recientemente ha iniciado el camino para convertirse en un nuevo sitio de referencia cultural y social en la Izquierda del Eixample.
El Winterreise que propone Lluch, asociada con el artista Antonio López, se enmarca en una de las galerías principales dela ex-prisión. Con el escenario en medio, habrá público a un lado y el otro. El barítono Benjamin Appl y el pianista James Baillieu, elevados por la tarima interpretarán el Viaje del invierno de Schubert mientras que se proyectarán las imágenes salidas del universo creativo de López y animadas por Lluch y Rosner en dos pantallas sobre el espacio escénico.
Antonio López
Pintor y escultor realista. Los primeros estímulos hacia la pintura le vienen de su tío, el pintor Antonio López Torres. En 1949 fijó la residencia en Madrid, donde asiste a los cursos de la Escuela de Artes y Oficios y de Bellas Artes (1950-55). Pronto se decantó hacia una estética realista por la que sería conocido internacionalmente y firmó un contrato en exclusiva con la galería Malborough de Nueva York (1970). La complicidad con otros compañeros (Maria Moreno, Isabel Quintanilla, Francisco y Julio López Hernández) hizo que el grupo recibiera la etiqueta de «realismo madrileño», si bien la coincidencia es sólo generacional.
Su proceso de trabajo, muy lento y minucioso, hace que realice muy pocas exposiciones y, en su mayoría, en el extranjero. Las pinturas y las esculturas representan fragmentos del mundo cotidiano y afectivo, paisajes, interiores, etc. Reconocido como uno de los grandes maestros del realismo, a partir de los años ochenta empezó a tener eco en España, y así, en 1983 recibió la Medalla de Oro de las Bellas Artes y en 1985 el premio Príncipe de Asturias de las Artes. En 1992 intervino como protagonista en la película El sol del membrillo, dirigida por Víctor Erice.
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