Sobre el escenario del teatro del centro se representarán las últimas producciones de Cris Blanco con Grandissima Illusione (27 y 28 de enero) tras su paso por el festival Grec; Relic de Eurípides Laskaridis, La Leona de la Premio Nacional de Danza, Olga Pericet; Para cuatro jinetes de la compañía Mucha Muchacha de Celso Jiménez residente en Condeduque; Una imagen interior de El Conde de Torrefiel; Program / Childs / Carvalho / Lasseindra / Doherty del Ballet Nacional de Marsella y Furia de Lía Rodrígues.
1.- Grandissima Illusione
La obra comienza cuando un personaje teatral del siglo XVII, una Marquesa de Lope de Vega, por ejemplo, se topa con el técnico tatuado del teatro y se enamora de él. A partir de ahí, el caos se apodera de la obra y todas las convenciones saltan por los aires, entrando y saliendo del tiempo de la escena y el tiempo de la representación a través de una especie de agujero de gusano por el que circulan una criada, una juglar feminista, una ayudante de dirección, un texto proyectado, un experto (no soy yo, creo), un astrólogo cubano, unos extras y un coro griego formado por tres personas que van detrás de los demás personajes repitiendo lo que dicen y sienten.
Cris Blanco
Nacida en Madrid, Cris Blanco vive en Barcelona. Desde el 2003 realiza sus propias piezas escénicas y trabaja como intérprete en danza, teatro y cine. Ha trabajado en escena con Cuqui y María Jerez, Amaia Urra, Juan Domínguez y Xavier Leroy, y en cine con Roser Aguilar e Icíar Bollaín, entre otras. Acompaña proyectos artísticos, imparte clases en el Instituto del Teatro y participa en proyectos educativos. Algunos de sus trabajos escénicos incluyen cUADRADO_fLECHA_pERSONA qUE cORRE (2004), ciencia_ficción (2010), El Agitador Vórtex (2014), Bad Translation (2016) y Pelucas en la Niebla (2018). En el 2019 creó Lo mínimo y lo pequeño, con Jorge Dutor y Guillem Mont de Palol. Sus creaciones se han visto en escenarios y festivales europeos, americanos y asiáticos.
2.- Relic
La exageración marca el tono en Relic. La exploración de la ridiculez humana en Laskaridis coge elementos prestados del burlesque y el cabaret, pero no se decanta por ser ninguno de los dos. Algo de clown, desde luego, también hay, pero no en el sentido del payaso tradicional y convencional, sino en una especie de deformación monstruosa del modelo conocido. Hay alusiones, claras y directas, a las problemáticas de género e identidad, y también guiños al travestismo con esos tacones desestabilizadores.
Eurípides Laskaridis
Eurípides Laskaridis es director e intérprete. Dos temas dominantes recorren su identidad artística: el ridículo y la transformación. Laskaridis estudió actuación en Atenas en el Karolos Koun Art Theatre y dirección en Nueva York en el Brooklyn College con una beca de la Fundación Onassis. Ha estado actuando desde 1995, trabajando con directores como Dimitris Papaioannou y Robert Wilson. Comenzó a dirigir su propio trabajo en 2000, tanto obras de teatro como, más tarde, cortometrajes premiados. En 2009, Eurípides fundó la compañía OSMOSIS y comenzó a presentar obras específicas del sitio en el Festival de Atenas, el Teatro Nacional Griego, el Teatro Embros ocupado por artistas y en otros lugares de Grecia. En 2013, OSMOSIS también comenzó a realizar talleres y proyectos comunitarios. A ellos les siguieron RELIC en 2015, TITANS en 2017 y AB6: THIRÍO en 2018. RELIC y TITANS están de gira internacional en 2021.
3.- La Leona
Un viaje a la esencia y origen del flamenco, en La Leona alternan la rondeña, la bambera, la rumba, el fandango o la farruca. Con dirección escénica de Carlota Ferrer y junto a Israel Moro (voz), José Manuel León y Alfredo Mesa (guitarras), Juanfe Pérez (bajo) y Roberto Jaén (percusión), Olga Pericet busca la genealogía y las raíces, pero también los misterios y poéticas de la guitarra en la escena actual. Primera pieza de un díptico, La Leona se estrenó en la Bienal de Sevilla 2022 y, tras su paso por Madrid, podrá verse en el Festival de Jerez (5 de marzo), Dansa Valencia (21 de abril), Sadler’s Wells Londres (11 de julio), Mercat de les Flors (enero 2024) y Théâtre du Chaillot Paris (enero 2024), entre otros.
Olga Pericet
Recibe en 2018 el Premio Nacional de Danza en la modalidad de Interpretación por su «capacidad de aunar las distintas disciplinas de la danza española, actualizándolas en un lenguaje interpretativo con sello propio» y por «su versatilidad escénica y su valiosa capacidad de transmisión». Ha sido galardonada también con el Premio Max de las Artes Escénicas a la Mejor Intérprete Femenina 2020 y con el Premio Escenario ACE Awards Nueva York 2016 (Asociación de Cronistas de Espectáculos de Nueva York).
Entre sus trabajos se encuentran Un cuerpo infinito, una pieza con la que emprende un viaje de autoconocimiento espiritual y físico a través de la legendaria figura de Carmen Amaya (estreno el 25 de mayo de 2019 en los Teatros del Canal de Madrid). Otros de sus espectáculos son: La espina que quiso ser flor o La flor que soñó con ser bailaora (2017), que le valió el Premio de la crítica especializada y la cátedra de flamencología del festival de Jerez; FLAMENCO (Untitled), estrenada en el Repertorio Español de Nueva York en 2015.
4.- Para cuatro jinetes
Para nosotras el folklore es la noche de este proyecto: un lugar inmenso, misterioso y muchas veces confuso, ensanchado por leyendas, ritos, fiestas y bailes que hemos creado a su alrededor a lo largo de la historia. Nunca sabremos del todo cómo se bailaba. Y quizás, ha dejado de importarnos. “¿Es posible que hace dos siglos se cantase a cohetes que todavía no se habían inventado? ¿Aguanta en el cuerpo un tatuaje más de tres mil años?” se pregunta la compañía y afirman que “esta noche por lo menos sí. Y, quién sabe, si Safo tenía razón, tal vez esto será también folklore para alguien cuando ya no estemos aquí. Dejadnos creer que sí. De todos modos, nunca lo sabremos; vosotros tampoco. Por eso mismo, dancemos en este campo de baile hasta el amanecer. Existamos fieramente o al menos de manera tierna, humilde y desesperada”.
Mucha Muchacha
Como compañía joven formada en la danza española sienten la necesidad de trabajar lo contemporáneo, dialogando con el contexto de las artes vivas e incorporando lenguajes que potencian la cercanía con la audiencia. Una producción de Mucha Muchacha realizada con el apoyo del programa de ayudas a la creación y la movilidad del Ayuntamiento de Madrid.
5.- Una imagen interior
“Una imagen interior es un ejercicio poético que sonda los principios fundacionales del concepto de ficción en disputa constante con la incuestionable ley gravitacional a la que están sujetos los cuerpos». Así explica El Conde de Torrefiel, o lo que es lo mismo, Tanya Beyeler y Pablo Gisbert, esta aproximación al complejo concepto de realidad y a su tensión cada vez más acuciante con todo eso que llamamos ficción, cada vez más hegemónico.
Como es habitual en el trabajo de El Conde de Torrefiel, se llega a un resultado a través de varias fases de trabajo que van sucediendo en distintos lugares. El primer impulso, en este caso, surge de un concepto fabricado por ellos mismos: el de “ultraficción”. «Fue la palabra que encontramos para dar nombre a una sensación que teníamos durante los dos años de pandemia, donde la frontera cada vez más fina entre realidad y ficción estaba muy presente»”, explica Tanya Beyeler.
El Conde de Torrefiel
La compañía fue creada por los dramaturgos Tanya Beyeler y Pablo Gisbert. Pablo Gisbert nació en Ontinyent (València) en 1982. Estudió dramaturgia en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid y en l’Institut del Teatre de Barcelona. En 2011 recibió el Accésit al Premio Marqués de Bradomín y en 2013 el Premio Sebastià Guasch de Barcelona por su labor dramatúrgica dentro de la compañía de danza La Veronal. Gisbert presenta sus propias creaciones con su compañía El Conde de Torrefiel, junto a Tanya Beyeler, El Conde de Torrefiel es un proyecto escénico que fluctúa entre la literatura, las artes plásticas y el movimiento coreográfico, y ha estado en festivales de España, Europa y Latinoamérica. Pablo Gisbert ha sido propuesto para la plataforma europea de dramaturgia contemporánea Fabulamundi: Playwriting Europe. En 2015 recopiló todos sus textos en un libro titulado Mierda Bonita con la editorial La Uña Rota.
6.- Program / Childs / Carvalho / Lasseindra / Doherty
El programa de cuatro coreografías que nos presenta el Ballet de Marsella, dirección del colectivo La (HORDE), es mucho más coherente de lo que parece. En principio, no hay un hilo conductor entre la racionalidad matemática de la pieza minimalista de Lucinda Childs, la estridencia voguing de Laissandra Ninja, la ambigüedad de la obra de Tania Carvalho y esa mirada a los suburbios de Belfast que recrea Oona Doherty. Pero es solo apariencia.
Ballet Nacional de Marsella
Fundado en 1972 por el coreógrafo Roland Petit, el Ballet Nacional de Marsella (BNM) fue dirigido por Marie-Claude Pietragalla (1998-2004) y después por Frédéric Flamand (2004-2013), estos dos últimos directores abrieron el ballet a nuevas experiencias artísticas.
Desde el 2014, Emio Greco y Pieter C. Scholten están al frente ofreciendo un estilo coreográfico particular que iniciaron en el centro internacional ICKamsterdam, fundado por ellos mismos en la capital de Holanda. Greco y Scholten han desarrollado un universo que bebe tanto del vocabulario clásico como de la danza postmoderna. En su programa de actividades en el BNM, al que llaman ‘el cuerpo rebelde’, establecen un diálogo sobre el lugar del artista en la sociedad, y en las actividades denominadas ‘le corps du ballet’, donde llevan a cabo la investigación sobre una nueva forma de ballet contemporáneo.
7.- Furia
Con el título tan ilustrativo Furia, la obra fue creada durante nueve meses en 2017, coincidiendo con la campaña electoral que llevó a Bolsonaro al poder y llegó a considerarse como mejor coreografía de 2022 en Francia por los críticos. En su línea de danza de la resistencia, trabajaron a fondo sobre el pensamiento del escritor afro-brasileño Conceição Evaristo, que se plantea reflexiones muy pertinentes a la actual situación del país con preguntas como: ¿Quién puede hablar? ¿Quién tiene el derecho a hablar? ¿Por qué no se escuchan ciertas voces y cómo podemos hacer que se escuchen?…
La estética de la propuesta sigue su línea habitual. Hay referencias al poder, a los oprimidos y a las carrozas festivas del carnaval. Hay bailarinas negras pintadas como esculturas doradas, hay materiales de desecho fingiendo ser lujosos. Hay danza enérgica, hay palabras, canciones y gritos pero, sobre todo, hay furia.
Lía Rodrigues
En Río de Janeiro instaló Lía Rodrigues la sede de su compañía en 2004. En 2009 fundó el Centro de Artes Maré y en el 11 arrancó su Escuela de Danza, que mantiene hasta 350 alumnos aprendiendo a bailar. Pero en los años ochenta del siglo pasado, Rodrigues estaba muy lejos de la favela, viviendo experiencias intensas en el París cosmopolita, donde se integró al elenco del clásico May B, de Maguy Marin, pionera de la nouvelle danse francesa, que ha sido inspiración hasta hoy. A su vuelta a Río, fundó Panorama, en 1992, que sigue siendo el festival de danza más importante del país. Pero, en lo personal, su labor más relevante es la de su compañía.
Con ellos (más de la mitad son residentes de Maré) ha creado un catálogo de coreografías relevantes, que le han servido para edificar una estética y un modo escénico sustentado en la supervivencia y la emergencia, que saca belleza de los elementos de desecho que usa como escenografía y atrezzo en sus producciones. Fúria es ejemplar de su lenguaje.
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