
© Miguel Lorenzo / Mikel Ponce
El compositor cargó el libreto de Felice Romani con el pathos necesario para crear una trama profunda a la que la OCV, el Coro de la Generalitat y el magnífico elenco vocal, todos ellos dirigidos por Mauricio Benini, hicieron más que justicia.
Benini y la OCV iniciaron su excelente marcha a través de la partitura en la Sinfonía introductoria con una interpretación sobresaliente de las cuerdas y las excelentes intervenciones de los vientos y demás instrumentos. Durante las tres horas de ejecución, Benini dejó a los cantantes el tiempo suficiente para que texto y música se desarrollasen orgánicamente y así poder penetrar en los entresijos psicológicos de cada personaje y situación. Donizetti y Romani habían conseguido crear una obra maestra con esta tragedia lírica, y la puesta en escena en Les Arts por el director Jetske Mijnssen con la ayuda de Ben Baur no dejó lugar a dudas sobre el trágico desenlace de la ópera, bañada en tonos oscuros, tan oscuros como el alma de la protagonista. Cabe mencionar aquí también la estupenda labor de Klaus Bruns, responsable del vestuario, y a Cor van den Brink, quien al frente de la iluminación evocó la asfixiante atmósfera de la corte de Enrique VIII con su juego de claroscuros.
Eleonora Buratto conquistó al público con envidiable maestría e interpretó el exigente papel con una voz equilibrada y una gran profundidad emocional. Silvia Tro Santafé se enfundó el papel de la rival de Anna Bolena. La mezzo que encarnó a Giovanna Seymour obtuvo no menos elogios, absolutamente segura en el registro más agudo con una voz intensa y rica en matices. Alex Esposito, en su papel de Enrique VIII, también bordó su personaje y utilizó su poderosa voz de bajo-barítono con contundencia o, según lo requería la situación, seductora delicadeza. Los restantes cantantes dieron lo mejor de sí en lo que probablemente haya sido uno de los conjuntos vocales solistas más equilibrados que hemos escuchado en Les Arts en los últimos años: Ismael Jordi como Lord Percy, Jorge Franco como Sir Hervey, Nadezhda Karyazina como Smeton y Gerard Farreras como Lord Rochefort contribuyeron de forma decisiva al éxito de esta magnífica velada belcantiana en su estado más puro.
Las representaciones de Anna Bolena se celebraron en memoria de la soprano alicantina Ana María Sánchez, fallecida el mes pasado.
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