Doce Notas

Serse: Dantone y Accademia Bizantina solidamente a la altura

cdsdvds  Serse: Dantone y Accademia Bizantina solidamente a la alturaLa ópera Serse, de G. F. Haendel es uno de sus títulos más reconocidos y contiene una de las arias que han traspasado las fronteras del tiempo y los espacios performativos historicistas, la hermosa “Ombra mai fu”. Si hablamos de interpretaciones históricamente informadas, embarcarse en este tipo de proyectos donde la novedad no es algo que “venda” y las comparaciones son inevitables, supone un reto. En este caso Ottavio Dantone y la Accademia Bizantina han estado solidamente a la altura. Primero comentemos lo que encontramos más relevante del desempeño del reparto (muy bien elegido).

Hay que resaltar la hermosa voz de la contralto Delphine Galou –en el personaje de Amastre–, que en este caso se deja lucir en varias ocasiones, siendo remarcable el aria “Saprà delle mie offese”. Otro tanto podemos decir de Romilda, interpretada por la soprano Monica Piccinini, que exhibe su ágil vocalidad en el aria “Se l’idol mio rapir mi vuoi”.

Si nos vamos a otro lugar expresivo, encontramos a la enérgica intervención de la soprano Arianna Vendittelli en el rol protagónico para el aria “Se bramate d’amar chi vi sdegna”. Además de ello se puede disfrutar del aria “È gellosia, quella tiranna”, intensa en la voz de Piccinini.

A esto se suman la muy musical interpretación de “Voui mi dite cho no l’ami”, de Atalanta, por la soprano Francesca Aspromonte y la de “Del mio caro Bacco amabile”, una pieza breve de Elviro que deja que disfrutemos desde un muy buen ángulo de la voz del bajo Biagio Pizzuti. Completan dando redondez al drama, las intervenciones de Marina de Liso (Arsamene), Luigi de Donato (Ariodante) y la muy efectiva orquesta que, bajo la batuta de Dantone, es especialmente disfrutable hacia la mitad del segundo acto, punto de máxima intensidad del drama, que Händel encaja en breves y contrastantes alternancias de recitativos secos y fragmentos melódicos, muy bien aprovechado por todo el conjunto de director, instrumentistas y reparto.

Comentario aparte merece el aria de Serse “Il core spera e teme”. La música, tal y como está escrita, es serenamente melancólica, incluso galante, sin embargo, Dantone y Venditelli le imprimen un ligero patetismo sin que se terminen de reapropiar ethicamente de la pieza y el resultado es cierta no correspondencia. Pero en esta producción este es quizás el único momento donde las decisiones expresivas del director, que siempre se muestra efectivo en este sentido, no funcionan del todo porque, si de algo está impregnada toda esta grabación es de una búsqueda de teatral expresividad para responder a la estructura del libreto y sobre todo a lo que Händel construyó como correspondencia sonora.

Por último, es de agradecer que el número que cierra la ópera, “Ritorna a noi la calma”, no se sienta solo como un objeto utilitario cuya única función es rematar la obra, trayendo a todos (o casi todos) a escena, aunque en algunas óperas del siglo XVIII este sea el caso. El coro final de Serse es una pieza de innegable belleza que, sí, remata, pero cierra el happy end de la ópera con un final dolce pero brillante acorde a la dignidad atribuida por libretista y compositor al personaje protagonista.

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