Aunque ha estado inserto de manera especial en el ámbito de la música doméstica, el piano, tal y como lo conocemos no deja de pertenecer al ámbito cultural de lo que llamamos música clásica. Esa presencia del piano en lo doméstico tuvo su momento más álgido durante el siglo XIX cuando en ciertos países europeos, sobre todo, era una costumbre de las familias burguesas que “la hija de la casa” tocara para el deleite de las reuniones sociales en la misma residencia.
Fuera de la orquesta sinfónica es quizás el salón decimonónico, punto de encuentro social, donde más podemos ver la presencia del piano hasta la primera mitad del siglo y, por analogía con la funcionalidad social, no dista mucho de lo que aporta un DJ (este término, por cierto, merece una revisión en su uso en los últimos años).
Pero a día de hoy, la democratización que ha supuesto, sobre todo, la llegada del piano electrónico, ha abierto la posibilidad de que muchas personas se puedan permitir tener uno en casa, no solo por su bajo coste, sino por el menor mantenimiento, el que ocupe menos espacio y, sobre todo, que puede ser tocado con auriculares, cosa muy a tener en cuenta para quienes vivimos en ciudades con una alta densidad de población.
Así las cosas, nos extraña de una manera especial la poca literatura pianística para los aficionados al piano y por el mismo motivo celebramos la aparición de Éxitos Latinos. Partituras para aficionados al piano. Este libro es una recopilación de partituras de artistas hispanoamericanos arregladas para piano y, lo más importante, adaptadas al nivel que podría tener un pianista aficionado promedio.
Cabe destacar en primer lugar, y es de agradecer, que la edición venga en espiral. Nunca son suficientes las manos para sostener un libro en la página que se quiere mientras se toca, cuando este tiene una encuadernación tradicional o encolado. Más importante aún, es que en cada una de las piezas nos encontramos con un código QR que enlaza con un vídeo en el que podemos escuchar la composición; esto no es solamente útil para saber cómo suena sin tener que tocarla, sino que puede aclarar, si las hay, dudas en cuestiones de lectura musical. En resumen, “lo pone a mano”.
La sociedad occidental postmoderna está asistiendo en las últimas décadas a la desaparición de la música en el ámbito doméstico por varias razones. Por un lado, tener música tocada en directo cuando se quiere escuchar, ya no es un requisito sine qua non para tener esta experiencia, al existir la música grabada que se puede reproducir cada vez con más facilidad. Por otro lado, está la tendencia a la profesionalidad como requisito exclusivo de quienes tocan un instrumento frente a todos los “otros”, que se han instalado (de una manera muy general) en el sitio de una escucha pasiva.
Es por todo lo anterior, que este libro, parte de una colección, nos parece un aporte valioso para que la música no desaparezca del ámbito doméstico porque, como es bien sabido por los lectores, hay pocas cosas que sean un ejercicio neurológico tan potente y a la vez unan más que hacer música.
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