Una cita que supone la continuación de la integral de sinfonías de Beethoven que Savall está interpretando y grabando y que, hasta el día de hoy, ya le ha traído grandes satisfacciones. La última, el anuncio, hace una semana, de la nominación al Grammy Latino por el disco que recoge las cinco primeras sinfonías del compositor de Bonn. Sinfonías todas ellas dirigidas por Savall en el Auditori.
Ahora será el turno de las Sinfonías nº 6, la Pastoral, y nº 7, dos obras marcadas por la genial capacidad de Beethoven para apuntar hacia el futuro y, al mismo tiempo, de mirar hacia atrás, hacia la tradición. La Sexta Sinfonía, «La pastoral», parece revisar, desde una mirada plenamente romántica y nueva (y que será extremadamente influyente), algunos de los tópicos musicales del Barroco, como la representación del mundo bucólico y campestre o el chasquido de rayos y truenos de una tormenta.
Lo mismo ocurre en la obra siguiente, pero por vía de la danza. La Séptima Sinfonía es la apoteosis del ritmo, una especie de suite de danzas pasadas por el molde del sinfonismo y, como la Tercera y la Quinta, es una muestra de la maestría de Beethoven a la hora de explotar al máximo una célula melódica o un gesto rítmico, una característica que lo hermana, incluso, haciendo un salto mortal en el tiempo, con Stravinski.
Jordi Savall visitará en dos ocasiones más la temporada de Antigua del Auditori. La próxima será con un concierto muy especial que con el título Lachrimae, lamentos y locuras, supondrá su debut en el Festival Luces de Antigua el próximo 22 de abril. La cita, que se desarrollará en la basílica de Santa María del Pi, reunirá Savall y un grupo reducido de músicos para explorar el arte de la variación y la improvisación del siglo XVII europeo.
El siguiente concierto será el 10 de mayo, nuevamente en la Sala 1. Esta vez se podrá disfrutar de un programa dedicado a Mozart con su Réquiem y la Sinfonía «Júpiter«.
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