Doce Notas

Concierto de la Orquesta Sinfónica del Real Sitio en el Auditorio Lienzo Norte de Ávila

clasica  Concierto de la Orquesta Sinfónica del Real Sitio en el Auditorio Lienzo Norte de Ávila

El Concierto para violín de Sibelius y la Obertura-Fantasía “Romeo y Julieta”, de Chaikovsky han sido escogidas para el regreso de la OSRS a la ciudad de Ávila. En esta ocasión en el auditorio de Lienzo Norte y en el marco de la colaboración institucional que la Fundación Katarina Gurska mantiene con la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento del Real Sitio y la Universidad de Valladolid.

Integrada por alumnos y solistas de Título Superior y Máster del CSKG, los músicos de la orquesta reciben durante 4 años una intensiva formación orquestal guiados por los maestros del CSKG y por reputados directores invitados de distintas escuelas y procedencias: Borja Quintas, Vicente Alberola, George Pehlivanian, Vladimir Pomkin, Cristobal Soler, Denis Vlasenko o Dimitris Botinis han forjado la personalidad de la orquesta con sabiduría, destreza y estilo durante los últimos 10 años. Además de los programas sinfónicos, La OSRS colabora con otras agrupaciones y producciones de distintos formatos que enriquecen su programa y experiencia musical; incluyendo en sus programas agrupaciones corales o estrenos mundiales de formato multidisciplinar.

Según explican sus organizadores, “la OSRS es, sin duda, un referente nacional entre las jóvenes orquestas y embajadora de los valores que defiende y representa: Talento, esfuerzo, cohesión, creatividad, energía… La juventud dedicada a la cultura musical de excelencia bien merece el apoyo de entidades e instituciones y los aplausos del público en espacios de referencia”.

Domingo 19 de septiembre a las 12,30 h.

Entradas a la venta en https://lienzonorte.es

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Notas al programa

Romeo y Julieta – Chaikovsky
Shakespeare constituyó una fuente primordial de inspiración para los compositores. Durante el periodo romántico en particular, sus historias tuvieron una atracción indiscutible, encontrando por doquier en el catálogo de autores óperas, oberturas y música programática sobre sus tragedias y comedias.
Las historias de amor condenado siempre resonaron profundamente con Chaikovsky, y la tragedia de Shakespeare Romeo y Julieta no fue una excepción.
El compositor ruso Mily Balakirev sugirió por primera vez esta obra a Chaikovsky en 1869. Fue tan tenaz en su empeño, incluso dándole ideas temáticas y musicales, que finalmente cedió.
La tragedia de Shakespeare y la torturada vida personal de Chaikovsky chocaron para producir la primera expresión verdadera de su genio como compositor, una obra maestra tenazmente construida que reduce la narración de Shakespeare a lo esencial en 20 minutos de música que es, por turnos, atronadoramente dramática y dolorosamente bella. La obertura fantástica se abre con una larga introducción antes de presentar sus dos grupos temáticos principales: música opresivamente brutal que representa el conflicto entre los Capuleto y los Montesco, y un tema de amor arrebatador para Romeo y Julieta. La segunda parte de este tema se interrumpe con la música para las familias en guerra, ya que el amor de Romeo y Julieta se ve aplastado por el odio ardiente de las dos familias entre sí. Después de una sombría versión reelaborada del tema del amor en el modo menor, se transfigura en una música serena y coral, terminando la pieza con una nota triunfal y de otro mundo. 
Jean Sibelius. Concierto para violín en re menor, op. 47 (1903 – 1905)
Jean Sibelius (1865–1957) fue una de las grandes referencias de la música finlandesa a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Es principalmente recordado por su música orquestal, incluyendo siete sinfonías, el concierto para violín, poemas tonales y música incidental.
Sibelius compuso el Concierto para Violín entre 1903 y 1904. Aunque inicialmente tenía planeado dedicar la obra al violinista Willy Burmester, quien accedió a estrenarla en Berlín, fue finalmente interpretada por primera vez en Helsinki en febrero de 1904 con Victor Nováček como solista y el propio compositor dirigiendo a la Orquesta Filarmónica de Helsinki.
Tras esta actuación, que resultó poco satisfactoria para el compositor, Sibelius dedicó el siguiente año a revisar la obra. Ésta fue estrenada de nuevo en Berlín en octubre de 1905 con Karl Halir como solista y dirigida por Richard Strauss.
Se trata de una obra impregnada de los tintes folclóricos de un Nacionalismo tardío que no cita los elementos populares, si no que se basa en ellos para inspirar otros nuevos, más refinados.
Los tres movimientos presentan un gran contraste y abren el camino para el virtuoso violinista.
El primer movimiento, “Allegro moderato”, basado en una forma sonata que no lo es, comienza con un trémulo acompañamiento de la orquesta sobre el que, cuatro compases después, hace su aparición el violín solista con una melodía de extraordinaria belleza.
El segundo movimiento, “Adagio di molto”, es un movimiento profundamente romántico y lírico, marcado por una sensación de quietud y calma, que nos muestra el estilo más genuino de Sibelius: el desarrollo de los tempos lentos.
Por su parte el tercer movimiento, “Allegroma non tanto”, fue descrito por el propio compositor como una “danza macabra” y muestra un increíble virtuosismo por parte del solista, quien continuamente juega y conecta con la orquesta culminando con un apoteósico final del que es, sin lugar a duda, uno de los conciertos para violín más espectaculares del repertorio.

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