Todo comenzó el pasado día 5 de julio en el singular edifico de la Casa de Cultura Marqués de González de Quirós. El Binelli & Ferman dúo inauguró el festival en compañía del guitarrista Rubén Parejo. El emblemático bandoneonista argentino Daniel Binelli, integrante antaño del famoso Sexteto Astor Piazolla Il Nuevo Tango, dio muestras de su impecable dominio del instrumento al lado de su mujer, la magnífica pianista Polly Ferman. No menos inspirado estuvo Rubén Parejo, versátil, virtuoso y con una envidiable capacidad para improvisar. El trío brilló por su compenetración, como si llevaran años tocando juntos. Su homenaje a Astor Piazzolla en el centenario de su nacimiento sirvió para captar la esencia del tango, rebosante de hallazgos armónicos y hermosos ritmos que lo mantienen vivo.
La segunda cita programada para el día 6 de julio corrió a cargo del Carlos Bonell, a quien la revista inglesa Classical Guitar ha descrito como “uno de los grandes comunicadores del mundo de la guitarra”. Bajo la rubrica de «Cuatro siglos de música para guitarra», Bonell ofreció un programa muy variado, ejecutado con la pulcritud y sabiduría de quien lleva décadas al servicio del instrumento español por antonomasia. Un nuevo encuentro se produjo el día 7: el guitarrista cubano Alí Arango, afincado en Barcelona, interpretó su programa con una mezcla equilibrada de sutileza y fuerza expresiva haciendo alardes de una técnica impecable. Su recital fue precedido de una intervención del joven dúo Aida & Berta. Las dos guitarristas, alumnas de Rubén Parejo en el Conservatorio Superior de Música de Valencia, se compenetraron perfectamente y dejaron claro que ambicionan llegar muy lejos en su trayectoria conjunta que no ha hecho más que empezar.
Un programa doble y ecléctico definió la velada del 8 de julio y contó con la presencia de Masahiro Aramaki y Pedro Navarro, este último acompañado por Luis Castañ. Aramaki deslumbró sobre su guitarra eléctrica de Ibanez con temas propios de gran exigencia técnica y vertiginosas escalas, acompañadas por lo general de un sonido distorsionado característico para el tipo de música que compone este destacado solista. Bajo la rúbrica de «Flamencos de Nueva York», Pedro Navarro rompió los parámetros convencionales de la guitarra, mostrando como compositor originalidad y destreza a través de una serie de palos flamencos, en los que supo fusionar el flamenco con el jazz latino y la música clásica.
Al día siguiente le tocó el turno a los alumnos y profesores del curso que prepararon una emotiva velada con diferentes conjuntos de guitarras y apariciones solistas que causaron una impresión inmejorable ante un público formado maritalmente por padres y familiares. El dúo David López (guitarra) y Joan Aracil (mandolina) se encargó de clausurar el festival con un sentido homenaje al guitarrista Rafel Sala, amigo y estrecho colaborador del festival durante muchos años en los que fue un respetado profesor, sobre todo por sus profundos conocimientos de la música de cámara del siglo XIX. David López (guitarra) supo darle cuerpo y alma a su Ramírez, tanto a nivel solista como a dúo con Joan Aracil: una interesante combinación tímbrica en la que Aracil elevó la mandolina a la categoría de instrumento «culto», sacándolo de su ámbito popular. La actuación fue acompañada por la de destacados jóvenes del instrumento y algún que otro profesor que al final formaron un octeto de siete guitarras y mandolina a modo de despedida.
El Festival de Guitarra de Gandía no sería lo que es sin la figura del guitarrista gandiense Salvador García (1891 – 1964), alias Panxa verda. Como discípulo directo de Francisco Tárrega, García destacó como concertista y sobre todo como pedagogo. Durante muchos años fue profesor en la localidad costera, y entre sus alumnos más destacados podemos señalar a José Luis González, profesor a su vez de Rubén Parejo y David López, los responsables del festival. Gracias a la biografía escrita por el también guitarrista y profesor del Centre Profesional «Districte Marítim» Grau de Gandía, José Seguí, y gracias también al CD grabado por los tres guitarristas con arreglos de Salvador García en base a obras de Schumann, Granados, etc., la figura de éste se mantiene viva, al menos entre quienes cultivan el arte de la guitarra en cuanto que patrimonio músico-cultural de la capital de La Safor.
En paralelo a los conciertos se celebraron diversos cursos, talleres y clases magistrales que brindaron a los jóvenes la posibilidad de perfeccionar sus conocimientos y de ahondar en el espíritu de un instrumento tan polifacético como la guitarra, ya sea eléctrica, acústica, española o flamenca. Gandía volverá a ser a finales de agosto la sede del Concurso de Guitarra para Jóvenes Intérpretes impulsado por el mismo equipo artístico y técnico que organiza el festival. Del 23 al 25 de agosto la localidad albergará este concurso al que acudirán las jóvenes promesas desde diferentes puntos de la geografía nacional y del extranjero.
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