Tras una extensa trayectoria de este cuarteto estudiando y recuperando la música de cámara española, ahora hace gala a su nombre con un trabajo que ofrece otra mirada al compositor, la de la transición musical española al siglo XX y la modernización que significaba este repertorio por su orientación hacia Europa.
La música de cámara vivió un momento efervescente durante la segunda mitad del siglo XIX gracias a las sociedades de cuartetos que surgían por doquier, entre las que cuenta la Sociedad de Cuartetos de Madrid (1863). Este hecho viste de gala este tipo de música, hasta el momento ligado a la música de salón, y además abre camino al desarrollo de este repertorio.
Gracias a estos conciertos, la sociedad española degustó en primer lugar los grandes compositores vieneses, tales como Mozart, Beethoven, etc., seguidamente a los más modernos, como Schumann, Debussy, etc., también a otros de estéticas nacionalistas como Dvorák, etc., y todo ello de la mano de algunas de las agrupaciones de cuartetos europeos y españoles más relevantes.
En este sentido el Cuarteto Bretón produce el efecto inverso en la actualidad, da a conocer la música española dentro y fuera de nuestras fronteras. Ejerce de embajador a través de sus conciertos y de la creciente aportación discográfica, -en el caso del Cuarteto no.3 de Tomás Bretón se trata de una primicia a nivel mundial, avalado por el sello internacional Naxos.
A comienzos del siglo XX, los modelos europeos nombrados se hacían eco en las partituras de algunos de nuestros compositores como es el caso de T. Bretón, quien tomó a los vieneses como referentes, tal como dan cuenta los dos cuartetos nos. 1 y 3 de esta grabación.
Es el Cuarteto de cuerda no. 1 en Re mayor (1904) un ejemplo con arraigo en la tradición formal de este género, en este caso cuenta con cuatro movimientos con scherzo, como el op. 127 de Beethoven. Bretón acuña su sello melódico y expresivo con guiños a la música española desde el primer movimiento Allegro moderato non tanto y especialmente en el Scherzo, salpimentado con aires de jotas. El contraste continuado, así como el uso del contrapunto, especialmente en el último movimiento Grave-Fuga, de gran frescura y gracilidad, refuerza la estética de clara influencia vienesa. Aspectos que el Cuarteto Bretón aporta y enriquece con una exquisita interpretación, consolidada a través de un continuado trabajo tanto del repertorio de cámara internacional como del español.
El Cuarteto de cuerda nº 3 en Mi menor (1909) conserva la misma estructura en cuatro movimientos, pero con un lenguaje más avanzado, otorga más peso al lirismo y tiene una mayor carga expresiva. ¿Cómo lo consigue? En primer lugar, destaca una escritura más orquestal, es decir, explora y saca mayor partido de las sonoridades tanto a nivel grupal como de cada uno de los cuatro instrumentos. Su escritura es más exigente tanto técnica como expresivamente, una oportunidad para el Cuarteto Bretón que luce estupendas capacidades interpretativas de cada componente individualmente y un equilibrado sonido grupal, empastado, necesario para que la expresividad de la partitura aflore y cale en el oyente, tal como ocurre.
Por otra parte, el lirismo de la partitura es más marcada que la del Cuarteto no. 1 y recurre a la evidencia de influjos musicales españoles melódicos, rítmicos y armónicos que se pueden tildar de “picarescos”. La resolución interpretativa del Cuarteto Bretón en el cuarto movimiento Allegro deciso capta con total solvencia la indicación del compositor de esta última sección de la obra, y deja un sabor del buen hacer de ambos, creador e intérpretes, en lo que se refiere a insertar elementos de tradición española en el lenguaje universal del cuarteto. Las armonías dibujan y desdibujan las diferentes estéticas.
La interpretación extrae maravillosamente la intensidad de las obras y conjuga los múltiples planos y registros sonoros de forma que a través de la escucha incluso se ven los colores, la expresividad, el drama, la gracia, la evocación al folclore español, y las destrezas para resaltar el continuado contraste de una obra marcada por el lirismo que tanto cultivó Tomás Bretón.
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