
Hay varias maneras de hacer una selección de piezas de varios autores para una producción discográfica. Temáticamente, la idea de agrupar piezas en torno a un personaje literario no es muy común y este ha sido el criterio artístico de este CD. Pero más allá de ello, este interesante disco tiene unos tres niveles de lectura reseñables, de los que daremos cuenta a continuación.
En primer lugar, está el solista de la producción, el contratenor Filipppo Mineccia, quien por cierto también firma las notas al CD. Lo curioso es que podemos escucharlo en momentos que francamente deleitan y momentos comprometidos técnicamente. Hay pues más o menos dos niveles interpretativos. Uno de ellos problemático y el otro brillante.
En el primer grupo podemos incluir, a nivel general, las interpretaciones de piezas enérgicas, donde la vehemencia se sobrepone al control para el virtuosismo, y donde más se acusa el problema es en las coloraturas. Quizás el caso más evidente de esto es «Nel profond cieco mondo» del Orlando furioso de A. Vivaldi. Cierto es que la pieza es un desafío, no tanto por la abundancia de agilidades, sino por su reiteración en el registro central, que para un contratenor es una zona difícil de dominar, con una tendencia natural a la opacidad por su cercanía con el paso de registro más difícil de este tipo de voz. Mineccia opta por dar alas a la expresividad, pero perdiendo control técnico; el resultado: ¡puedo escuchar a maestra Cristina Mitello en mi cabeza diciendo “non spingere!» y consecuentemente las notas son poco claras.
Algo similar encontramos en el aria “Ombra cara” del Ariodante de Georg Christoph Wagenseil y en general en los pasajes en los que el ethos es enérgico.
Del otro lado podemos encontrar al Mineccia más sugerente, que se nos muestra en los pasajes lentos y de ánimo dolce. Es este el caso de, si vamos en orden, la primera pista en donde se deja escuchar la voz del contratenor, que es en el aria “Non ha’l mar calma sincera” de la ópera Orlando generoso de Agostino Steffani, cantada no solo con un hermoso timbre, sino con una delicada dulzura. Y algo así nos podemos encontrar en “Sol da te, mio dolce amore” de la anteriormente citada obra de Vivaldi o en la más animada “Spero per voi” del Ariodante de Haendel.
En otro nivel de lectura está el concepto de la producción. Esta es una especie de monográfico alrededor de la figura del personaje Orlando, tomado del poema épico de Ludovico Ariosto Orlando furioso en diferentes acercamientos operísticos, por parte, concretamente, de siete autores. Esta elección permite la anchura suficiente para dar espacio no solo a obras poco conocidas sino la primera grabación mundial de cinco piezas, que son los últimos cinco tracks del CD, de los desconocidos Giovanni Battista Mele, -el ya mencionado- Georg Christoph Mele y Guiseppe Milico, del cual se presume su autoría para las cuatro últimas pistas de esta grabación.
En último término está la orquesta The New Baroque Times, orquesta residente del Instituto Cervantes de Bruselas, dirigida por Pablo García. Una orquesta solvente dirigida con buen gusto, que se ha prodigado sobre todo alrededor de Bélgica, entre cuyos objetivos está la difusión del patrimonio español.
Estos cruces y yuxtaposiciones de lecturas que se pueden apreciar desde diferentes intereses de escucha son francamente el mejor valor de esta producción.
En último lugar, tengo que decir que al señor Mineccia ya lo había conocido artísticamente a través de mi último maestro de canto –a fechad e hoy-, David Mason, quien alabó sus Monteverdi y Caccini en directo. El partir de esa recomendación a la escucha de esta producción y sus comentarios aquí arriba expuestos es algo que aprendí con David, uno de os mejores maestros de canto europeos, a quien, ausente de nosotros desde el año pasado, van dedicadas estas líneas.
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