En las notas de presentación del disco José Luis García del Busto nos habla del dúo violín-cello como un instrumento de «ocho cuerdas» y así es en este caso, el interplay es perfecto, como sucede con el piano y clarinete o saxo o guitarra saxo en el jazz y en la música contemporánea. Aquí no estamos en ese contexto, no hay improvisación, todo está escrito.
El repertorio abarca desde Bela Bartok y sus Romanian Folk Dances, a Peteris Vasks, Castillo Interior, obra de 2012 pasando por Ravel, Sonata para violín y cello o el dúo de Kodaly para estos dos instrumentos. Algo más de cien años de una música magnífica y magníficamente interpretada, no en balde llevan veinticinco años con este proyecto.
Destaco por desconocida (para mí) la pieza Castillo Interior, perfecta para una coreografía de cuerpos desnudos a dos tempos extremos.
La grabación está hecha fuera de estudio, como gusta en este sello y a cargo de Paco Moya y Cheluis Salmerón. Concretamente en la iglesia de los Agustinos de Monachil, Granada, con un sonido magnífico y reverb natural. Esplendoroso todo.
Un disco excepcional que me temo va a ser objeto de regalo generalizado para mis amigos este invierno. Admite muchísimas escuchas.
Suelen estar bien distribuidos, si no: https://ibsclassical.es/es/ y a disfrutar.
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