Doce Notas

Imaginario… de unas voces, de unos tañidos

cdsdvds  Imaginario… de unas voces, de unos tañidos

De este disco se pueden decir muchas cosas y eso es significativo teniendo en cuenta que, en cuanto a la plantilla, se puede considerar como una propuesta de pequeño formato: casi la mitad de las pistas que escuchamos son interpretadas por un dúo de voz y vihuela (Kiehr y Abramovich), repartiéndose el resto en combinaciones de dos o tres de los cuatro intérpretes participantes en la producción. Por otro lado, hay que tener en cuenta que todo pasa por las mismas “manos editoriales”, pero ya llegaremos a esto.

Hay dos maneras de acercarse a la performance de la música antigua: Buscando en lo posible recrear realidades de la que tenemos testimonio o indicios (por ejemplo el CD El baile perdido, por Raquel Andueza y La Galanía o la grabación de la Messe de notre Dame, de Machaut por Andrew Parrot y su Taverner Consort), o usar tales para crear un objeto artístico nuevo (como varias de las propuestas de Jordi Savall o Christina Pluhar). En este CD, si bien se puede decir que suceden ambas cosas –pero de una manera bastante particular– sucede básicamente la primera.

El proyecto, desde el punto de vista de su concepción, es una reconstrucción de una muy plausible realidad, repertorio en su mayoría concebido no precisamente para vihuela, pero adaptado e interpretado, bien con este instrumento y un dúo de tal o bien con participación vocal.

A lo largo del CD es el dúo Kiehr-Abramovich el que más se deja escuchar, mientras que intercaladamente se van escuchando las intervenciones del resto de combinaciones entre cantantes y vihuelistas. Pero cantar y tocar una pieza polifónica intabulada para voz y vihuela(s) es todo un reto si no se quiere dejar escuchar a un solista acompañado, a la manera de una arietta de Fernando Sor. Esto no pasa con el dúo antedicho, mientras Kiehr logra con una serenidad admirable escucharse como parte del entramado de voces tañidas por la vihuela, Abramovich exhibe no solo una facilidad especial para dialogar y formar equipo con la soprano –esto es, no estar en segundo plano– sino desplegar con claridad el conjunto de voces comprimidas por la intabulación.

Algo muy llamativo es la intervención del eminente John Potter. La experiencia de la audición es totalmente distinta al del dúo anterior descrito: es la de una voz que hermosamente canta glosando, acompañada por vihuela. Llama la atención que encontremos al tenor en uno solo de los 19 tracks del CD, cosa que, sumada a la diferente manera de abordar la polifonía en el resto de los casos, abre la puerta a que uno se pregunte y/o cuestione el por qué de esa circunstancia y su eficacia.

Para resumir la propuesta artística, podemos citar al autor de las notas al CD, el instrumentista y musicólogo John Griffiths, quien explica: «(…) el proyecto de Ariel Abramovich de crear un libro de piezas imaginario (…) puede ser descrito como un increíble ejercicio de creíble fantasía». Pero más allá de esto, lo más interesante de esta producción es que se puede percibir –leer– o bien, como una producción que aporta una deliciosa experiencia como oyente, o un proyecto artístico muy particular, pero bien cimentado, como propuesta dentro de las Prácticas Históricamente Informadas; eso sí, con todas las lecturas intermedias, entremezclada o más allá de estas dos, que son las principales.

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